Las naves de las empresas de distribución de alimentos, bebidas y productos de limpieza de las Islas están al cien por cien por el cierre de hoteles, bares y comercios. | Efe

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La caída del mercado británico por la cuarentena impuesta por el Foreign Office, la decisión del Gobierno alemán de no recomendar viajar a Baleares por el alto nivel epidemiológico de coronavirus, así como la de otros mercados emisores europeos, ha provocado una caída en picado de la actividad turística en las Islas y afectado de lleno a las empresas de distribución de productos, que han visto como su actividad está en mínimos y con una coyuntura muy compleja por la falta de ingresos y acumulación de impagados.

El presidente de la Asociación de Distribuidores de Bebidas, Alimentación y Limpieza, Bartomeu Servera, afirma: «La situación es muy complicada, catastrófica y la evolución negativa de la producción turística hace temer un rosario de cierres de empresas durante este otoño e invierno. El hecho de que el coronavirus se ha cargado la llegada de turistas, nos deja ante un horizonte económico muy negativo».

Servera añade que ya tuvieron que pasar una situación similar durante todo el período que duró el estado de alarma, de ahí que la cuenta de resultados de las empresas está ahora en mínimos: «Todos habíamos hecho en junio las oportunas inversiones para abastecernos de productos para servir a hoteles, restaurantes, cafeterías, bares y resto de sectores, pero el rosario de cierres que se avecina rompe todas nuestras previsiones».

Puntualiza que en estos momentos, en pleno mes de agosto, «el descenso de las ventas supera ya el 80 % y el porcentaje irá a más a partir de septiembre. Esto explica que tengamos las naves ocupadas en unos porcentajes muy elevados al no poder dar salida a los productos. Las pérdidas van a ser cuantiosas porque nuestro sector dejará de facturar 1.000 millones de euros en comparación con 2019».

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Muchas empresas de este sector están padeciendo todavía los impagos de empresas del primer trimestre y durante todo el período de confinamiento. Servera puntualiza: «Los impagados se suman ahora a los de otras empresas que habían apostado por abrir tras el éxito del plan piloto entre Mallorca y Alemania, pero que se están viendo obligadas a cerrar por la disminución progresiva de clientes en agosto y resto de meses. Al no haber ingresos no pueden hacer frente a los pagos de los proveedores. Vivimos una situación impensable e inimaginable hace tan solo nueve meses».

Ayudas

La flota de este sector alcanza los 2.300 vehículos y en estos momentos está paralizada el 80 %. La patronal critica que pese a ser un servicio esencial «no contamos con el apoyo de ninguna institución y, encima, nos siguen machacando a impuestos».

El presidente de los distribuidores indica que la opinión de su sector es muy clara: «Nos sentimos indignados por la falta de respuesta de los políticos y de las administraciones. No obtenemos ninguna solución y hay que pasar de los gestos a los hechos. Está en peligro la viabilidad de las empresas de distribución, cuya actividad es clave para la economía de las Islas».