Durante poco más de una hora y ante cerca de 90 invitados y un gran seguimiento en streaming, los líderes de estas dos empresas del IBEX-35 respondieron a las preguntas de la editora de El Económico, Paula Serra, quien moderó una conversación que giró en torno a un mismo tema: el impacto de la COVID-19. Hubo más coincidencias que divergencias entre los ponentes, que aportaron puntos de vista acorde a los puestos que ocupan.
Reynés explicó que Naturgy está presente en 30 países, por lo que ha conocido diferentes formas de vivir e intentar superar la pandemia. Reconoció que la situación económica de España era «previsible» por el elevado peso del turismo en su Producto Interior Bruto, por lo que vaticinó que la recuperación puede ser más rápida cuando se reactive este sector.
Sin embargo, esta reactivación no se prevé a corto plazo y Goirigolzarri apostó por aprovechar este momento para acometer algunas reformas estructurales pendientes, como son la dimensión de las empresas, el mercado laboral y la economía sumergida. En este sentido, el presidente de Naturgy consideró que sería «un grave error» aprovechar cualquier ayuda solo para sobrevivir. «Tienen que ser un incentivo para acometer un cambio de modelo», advirtió, al tiempo que señaló que empresas y Administración deben ir de la mano en este proceso de transformación.
Reactivación
Reynés y Goirigolzarri eludieron cualquier crítica directa a las decisiones políticas que se han tomado en España. Es más, dieron a entender que por ahora se va por el camino correcto. Ambos estuvieron en la presentación del plan de reactivación del presidente Pedro Sánchez la semana pasada y coincidieron en que es bueno contar con un marco de actuación, si bien aspectos como la digitalización o la transición energética «no se dan de un día para otro», según Reynés.
«Esta transformación requiere coraje y ahora la pelota está en el tejado conjunto de empresas y Administración», sentenció. También el presidente de Bankia admitió que «pasar de la potencia al acto no es un ejercicio sencillo» y se refirió a la unidad: «Las empresas deben tener el coraje de transformarse, son los agentes del cambio, pero necesitan el acompañamiento del Gobierno, que debe aportar seguridad jurídica y fiscal, al tiempo que atraer y retener talento».
El llamamiento a la unidad de acción fue una constante a lo largo del diálogo que Goirigolzarri y Reynés mantuvieron con Paula Serra, quien les preguntó si les avergonzaba la politización de la pandemia. El presidente de Bankia se limitó a contestar que «todo lo que sea salirse de este foco no es bueno». No obstante, minutos antes se pronunció en contra de la crispación, que «no salva vidas ni empleos». Por su parte, el presidente de Naturgy aludió a la «influencia» de los medios de comunicación. «Hay que tener espíritu de responsabilidad. Es mejor informar poco y bien. Necesitamos información veraz», dijo.
Ninguno de los dos osó en dar lecciones sobre los hechos pasados y abogaron por mirar al futuro. Ambos pasaron el confinamiento yendo a diario a sus respectivas oficinas –Goirigolzarri, en Madrid, y Reynés, en Barcelona– y se mostraron orgullosos de la respuesta de sus respectivas empresas ante una situación inédita. La pandemia ha obligado a adelantar algunas tareas pendientes, como el teletrabajo, y ha acelerado el nuevo proceso de fusiones bancarias, en el que Bankia está inmerso, pero no ha trastocado los planes de cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.
Sobre el futuro inmediato de Bankia, que ha iniciado su fusión con Caixabank para convertirse en el primer banco de España, Goirigolzarri se mostró convencido de que será positivo para la sociedad, accionistas y trabajadores. Reconoció que la pandemia ha acelerado esta fusión, si bien consideró que anticiparse «era clave» y que afrontan este proceso de integración «desde una mayor fortaleza».
Baleares
La situación que atraviesa Baleares, con los peores datos económicos del país pese a unas mejores cifras sanitarias, ocupó la parte final de la conversación. Reynés, mallorquín de nacimiento, recordó que hace años que se escuchan voces críticas con el monocultivo turístico si bien «nada ha cambiado». Por este motivo, consideró que «ha llegado el momento de actuar, pero no desde la autocomplacencia sino desde la autodisciplina». «Dentro de un entorno no deseado, Baleares tiene una gran oportunidad de catalizar un cambio», concluyó.
Por su parte, Goirigolzarri manifestó la «gran admiración» que ha tenido desde siempre hacia los hoteleros de Baleares, «pioneros en la internacionalización». Reconoció la «capacidad de adaptación» que siempre ha demostrado el sector hotelero y turístico en general, por lo que no dudó en que el sector turístico de las Islas «saldrá antes» de esta coyuntura cuando la situación sanitaria se estabilice.
Sobre el futuro inmediato, ambos prevén un 2021 mejor, si bien la actitud y el coraje de la sociedad determinarán la velocidad de la salida de esta crisis.
