¿Cuál es su trabajo en PLD Space?
—Soy ingeniero mecánico y estoy en el departamento de estructuras, diseñando el esqueleto de dos lanzadores espaciales. Uno de ellos, el MIURA 1, está en una fase muy avanzada y estamos validando la estructura donde van el motor, los tanques de combustible y la electrónica para gobernar el vehículo. Todo pasa por mucho cálculo y muchos ensayos.
¿En qué se diferencian los dos cohetes que están desarrollando?
—El MIURA 1 tiene un solo motor, es de prueba, y ahí desarrollamos todas las tecnologías que desarrollaremos en el MIURA 5, que llegará a la órbita alrededor de la Tierra para inyectar satélites. Nuestros cohetes son recuperables como los de Space IX [de Elon Musk] o Blue Origin [de Jeff Bezos, dueño de Amazon]. Nosotros seguimos ese camino pero con cohetes pequeños.
¿Son ecológicos?
—No sé si ecológicos pero si son más optimizados y tienen un menor impacto. Cuando vuelven a la Tierra, tienen un paracaídas para caer en el mar y luego un barco lo recupera. El MIURA 1, de 12,5 metros de longitud y 70 centímetros de diámetro, pesa unos 2.500 kilos con combustible y carga. Esta carga es de pago y puede llevar experimentos científicos que pesen hasta 100 kilos. Cuando se ha vaciado el cohete, pesa menos que un coche. En cuanto al MIURA 5, en su depósito se puede colocar paquetes en órbita de hasta 300 kilos de peso.
¿Qué supone democratizar un lanzamiento de satélite?
—En los últimos años ha habido un gran interés en el espacio. Los satélites aportan mucha información, ya sean meteorológicos o para obtener imágenes de la Tierra. Hay muchos intereses en la telecomunicación, la investigación o la ciencia en general. De hecho, la Agencia Espacial Internacional acaba de celebrar el 20 aniversario de la presencia permanente del ser humano en el espacio. ¿Qué experimentos se pueden llevar a cabo? Tenemos clientes que quieren trabajar en entornos de gravedad cero y comprobar los comportamientos de la materia. Incluso la industria cosmética tiene interés, porque hay moléculas que solo se sintetizan en microgravedad.
Lanzar un satélite parece una empresa millonaria.
—Históricamente eran la NASA, la AESA y el programa espacial ruso los que copaban el negocio espacial de grandes cohetes. Hoy en día hay muchas pequeñas empresas y universidades que pueden tener acceso al espacio por un coste mucho menor. La tecnología se ha miniaturizado y hay satélites que apenas pesan dos kilos. Por eso empresas como PLD Space tienen bastante ventaja. Ahora mismo, con estos microlanzadores que hay en el mercado, lanzar un kilo al espacio cuesta 30.000 euros. Un pequeño experimento puede pesar dos kilos y pueden participar universidades.
¿Tienen fecha para el lanzamiento?
—No está fijada aún. Los desafíos principales están superados y está validado. Contamos con inversiones públicas de España y Europa y avanzamos en función del capital disponible.
Los móviles de hoy tienen más capacidad que la nave Apolo que llevó al hombre a la Luna.
—En el programa Apolo de la NASA de los años 60 que llevó al hombre a la Luna, los cálculos se hacían a mano. Había treinta matemáticos que luego cotejaban los resultados con sus compañeros y se corregía la dirección del cohete porque no había capacidad computacional. Hoy es impensable. La capacidad de un ordenador de a bordo era muy limitada. Cualquier móvil de hoy tienen una capacidad de cómputo y de memoria muy superior a un ordenador de hace veinte años.
Esta semana se ha estrellado el cohete europeo Ariadne, en el que iba un satélite español. Ha habido comentarios o titulares en los que se resaltaba que era español. ¿Tenemos complejo de inferioridad?
—Hubo noticias y titulares desafortunados y la Ariadne Space, que desarrolló el cohete, es europeo. Hay cierto complejo pero en la industria espacial hay empresas muy potentes en Madrid y Barcelona, igual que la industria aeronáutica de Airbus, en Sevilla. En el sector tecnológico europeo estamos a un muy buen nivel. Nuestras expectativas no deberían ser menores.
¿Y qué ocurre con el I+D balear?
—Es verdad que la economía balear se sustenta en el turismo. Es importante diversificar la economía y la actividad empresarial. El I+D es una apuesta segura y es necesario diversificar. Aprecio muchísimo mi tierra, tiene un potencial muy importante pero hay margen de desarrollo tecnológico
Su perfil es el de alguien muy formado que tuvo que salir de la Isla.
—Es cierto que no hay industria espacial, pero conozco a mucha gente de sectores tecnológicos que no ha encontrado su lugar en Baleares.
¿Cree que con la pandemia la sociedad y las instituciones nos hemos dado cuenta de lo importante que es la ciencia?
—Esta situación ha evidenciado lo importante que es tener el apoyo científico, en este caso la investigación médica. Y se ha puesto sobre la mesa lo poco que se invierte en I+D y la necesidad de la ciencia para dar respuesta a situaciones que estamos viviendo ahora mismo.
El hecho de que Pedro Duque sea ministro, ¿es un impulso para la industria aeroespacial?
—Es cierto que su pasado como astronauta es un apoyo institucional y nos da a conocer dentro de lo público y lo privado.
22 comentarios
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Quin fenómeno. Intel•ligent i ben plantat. A la meva feina coneixem als seus germans, una familia molt canyera, molt.
Esa es al idea: innovar en negocios diferentes, de base científica y tecnológica. Este chico es un muy buen ejemplo, como con tesón se puede llegar donde uno se proponga.
Quin crack!
Molts riuen, però és increïble. Si hi ha alguna cosa que sigui admirable és observar com amb determinació i ganes es pot arribar a plantejar coses tan sorprenents com llançar un vehicle a l'espai i que a més sigui reutilitzable. Això sense comptar amb els suports i més de 50 anys d'ajudes que tenen les indústries americanes. Digne de seguir la pista a aquest noi... enhorabona!
La innovació depèn de les ments creatives. Aquest enginyer, em sembla un persona honesta i diligent, a més de creativa i molt didàctica. Felicitats per estar en un projecte tan tan interessant. Ja és hora de trencar el mite provincià que la tecnologia de primer ordre només procedeix dels Estats Units, Alemanya. Endavant les atxes!
Un fuera de serie. Por eso tuvo que irse de las islas a buscar fortuna. Y la fortuna solo favorece a los valientes. 🤙🖐️👏👏👏
Ariadne fue la empresa multinacional que tuvo el problema con su cohete Vega y esto derivó en la perdida del satélite español, un bicharraco que hacía casi 10 años que estuvo parado, gracias al enfoque poco agudo del gobierno de Andar, concretamente. El que desconozca esto: poco sabe. La empresa donde trabaja el ingeniero mallorquín es otra filosofía de trabajo: cohetes ligeros, económicos y reutilizables. Vanguardia tecnológica, emprendedora y real. Aúpa cracks! Agur
¿Por qué abusar del verbo invertir, con el sentido de gastar? Para la investigación, habrá unas partidas de gasto (sueldos, etc.) y otras partidas de inversión (aparatos, locales, etc.). Los políticos tienden llamar inversión a cualquier gasto, creyendo que dan imagen de buena gestión. No todo gasto es una inversión, en el sentido preciso de la palabra.
Bertrand Russell dijo aquello de "Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”. Y al hilo de esta tan interesante interview comentar que gran parte de los problemas actuales es que no haya un criterio científico y de investigación aplicada (ingeniería, no investigación teórica) en cada empresa. Si fuese así, sin duda, estaríamos a otro nivel. Hay alternativas: apoyar a la gente inteligente que emprende.
En las islas del turismo de sol y playa llama la atención que la tecnología sea un componente productivo. Aquí, en Baleares, y salvo excepciones (el entrevistado es buen ejemplo, tristemente la tecnología solo se ha aplicado para software para mejorar las reservas, que no deja de ser un Excel gigante... Sí, necesitamos invertir en ciencia. Felicidades a esta familia y proyectos.