Guillem Puerto, en una imagen tomada en 2015 en su domicilio de Palma. | Click

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El poeta, jurista y diplomático Guillem Puerto (Manacor, 1941) falleció este jueves en una clínica de Palma donde había sido internado hace 33 días con coronavirus. Antes de la enfermedad era frecuente verlo pasear por el centro de Palma, donde era muy conocido.

De muy joven estudió en el Spanish Lecture Institute de Portland, Oregon. Allí vivió las reacciones a la Guerra de Vietnam, el nacimiento del Movimiento Radical y la irrupción de los Black Panters. Esta experiencia le impactaría de por vida, y le daría una visión humanista de la realidad.

Fue profesor de Derecho Civil y Mercantil en la Universidad de Alcalá entre 1975 y 1976. Posteriormente fue nombrado director provincial de Educación en Balears y subsecretario general de Estudios de la Secretaría de Estado para la Información en los tiempos de Josep Melià. Con Santiago Rodríguez Miranda de ministro de Trabajo tuvo sus primeros destinos internacionales dedicados al área de Turismo.

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En esta vertiente fue agregado de la Embajada española en Roma y consejero en las de Copenhague, Estocolmo y Varsovia. Pero la ciudad donde residió y que más le impactó fue Milán: «Allí regresaría y me quedaría a vivir. Mantuve amistad con buena parte de la gente del Corriere della Sera. Fue la época de las mujeres más importantes de mi vida. Las mujeres del norte de Italia son sutiles, refinadas y maravillosas», confesaba a Maria de la Pau Janer en una entrevista con este diario.

La carrera diplomática de Guillem Puerto terminó en 2008, cuando regresó a la Isla después de 23 años de residencia en el extranjero.

Apasionado de las letras y entendido en arte, fue autor del poemario L'espai del temps y del ensayo Aforismos para mi supervivencia. Colaborador de Ultima Hora, fue el promotor y primer presidente de la Acadèmia de la Cuina i el Vi de Mallorca, entidad que cumplirá 35 años en 2021.

Persona muy conocida en Mallorca, de carácter cordial, Puerto fue un gran admirador de su paisano Rafael Nadal desde los inicios. En 2008 ya escribió en este diario: «No sólo es el mejor tenista del momento, sino un ejemplo como persona».