¿De qué manera ha afectado la pandemia de la COVID a la detección de pacientes de cáncer, en especial de mama?
—Durante la primera ola se paró el cribado que se hace cada dos años para el diagnóstico precoz de mujeres de a partir de 50 años. Fue el único circuito parado, las consultas sí estaban operativas y la vía de urgencia también. Hemos visto algún caso de detección tardía pero el obstáculo era el miedo de los pacientes de ir al hospital, porque en realidad es lo que se pedía. Muchos esperaron a que mejorara la situación. Oncología y Ginecología en ningún momento se pararon.
¿Qué implica una detección tardía?
—Depende del tipo de cáncer, el de mama no es una única enfermedad, es un grupo y va en función de su linaje. El retraso de meses no tiene implicaciones terapéuticas o pronosticas, sólo en determinados subtipos como el triple negativos o el HER2 positivo.
¿Cuántos cáncer de mamá de los que se diagnostican se encuentran en estado avanzado?
—Muy pocos, entre un 5 y un 10 %, los demás están localizados. Esto sucede porque es un órgano externo y es fácilmente palpable a diferencia del resto que no lo permiten y cuando da síntomas es demasiado tarde. La mayoría de casos vienen por mamografías o bien la paciente se nota un bulto, independientemente del linaje todos se palpan por eso insistimos en la importancia de las autoexploraciones mamarias.
¿Qué incidencias presenta el cáncer de mama?
—Hay que diferenciar dos cosas, la supervivencia del cáncer de mama es de las más altas porque el 85% se curarán pero aún así es muy frecuente, una de cada ocho mujeres tendremos un cáncer de mama y las que no se curan, fallecen por esta causa.
¿Estas cifras han variado en los últimos años?
—De momento es una tasa estable, aunque se han mejorado mucho los tratamientos para los casos que no tienen cura. La paciente vivirá muchos años porque se cronifica la enfermedad y se consigue una buena calidad de vida.
¿Ha afectado la pandemia al tratamiento y los cuidados complementarios del cáncer de mama?
—De ninguna manera. Nos organizamos para que vinieran menos al hospital. Por ejemplo, los fármacos orales se enviaron a domicilio. Se hacían visitan telefónica y, si estaba bien, se enviaban fármacos a casa. Los enfermos que lo necesitaron continuaron hospitalizados. Tenemos una media de cáncer de 26 camas ocupadas por pacientes y en la primera ola vinieron menos a hospitalización pero seguramente porque se aguantaban. Nosotros nos organizamos en grupos de trabajo burbuja por si alguien se infectaba.
¿Ha sido cierto que, una vez diagnosticados, los pacientes oncológicos han seguido siendo una prioridad del sistema?
—No se paró ninguna en Son Espases, en los demás no te sé decir. Les hacíamos a los pacientes una PCR y algunos dieron positivo y se retrasaron hasta negativizar. El volumen laboral era igual o superior porque al final trabajas con unas condiciones a las que no estás acostumbrado. Llamas antes por si tienen síntomas, si decían que no podían venir, alteraban todos los circuitos habituales.
¿Se han alterado los ciclos de radioterapia?
—No. A nivel de mama, lo que hicieron los radioterapeutas es hacer tandas más cortas de tratamiento, había estudios de más dosis en menos sesiones y durante la pandemia se usó. Ahora se ofrece lo mismo.
¿En qué aspecto han avanzado los tratamientos para el cáncer de mama?
—Hemos avanzado en el conocimiento de la enfermedad y diferenciamos mucho mejor entre los cuatro tipos, lo que nos permite individualizar el tratamiento. Hemos mejorado en cirugías menos agresivas y en cirugía de axila porque al diagnosticar vemos si los ganglios están afectados, lo que permite hacer menos vacío axilar. Además hay otros tratamientos, además de quimioterapia, radiodioterapia o cirugía, como los hormonales y ya ha llegado la inmunoterapia para el triple negativo que están pendientes de autorizar en España.
Las pacientes que han superado la enfermedad, ¿tienen el mismo riesgo que la población general frente a la COVID?
—No hay datos al respecto pero si la paciente lo coge durante un tratamiento de quimio con defensas bajas hay más riesgo de que la situación se complique. Muchas pacientes lo han tenido pero ninguna con malos resultados, no es así con cáncer de pulmón que si tiene más letalidad.
14 comentarios
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Yo lo que no entiendo si dicen que están tan desbordados de trabajo por la COVID. Segun la abuela de Aitor, el niño muerto por apendicitis, solamente estaban ellos dos. en urgencias. Dime la sobrecarga de trabajo que tienen. Si muchos que les diagnostican el virus, lo pasan convaleciente en su casa con predicción médica, también dime la saturación hospitalaria. Hay cosas más graves que el coronavirus "verdad". O casi se podría decir que si dice algo así es como un pecado. Me podeis tachar a puntos negativos. Claro ahora todo es coronavirus hasta la sopa como sino hubiera enfermedades o diagnósticos peor que este virus. Si hay un problema con ello, y no lo niego está ahí pero hay cosas más urgentes e importantes también.
Esta mujer no se entera dice que no vamos por miedo a ir al hospital?? Llevo meses esperando me que llamen y llamo yo y me dicen que no se estan haciendo visitas presenciales.
Si no habia manera de acercarse!!! Todo por telefono... Nos ha engañado! Cualquier irregularidad, demanda!
Vaya un "repaso" que le han dado a la doctora oncóloga. Se ve que los comentarios le caen como CHUZOS DE PUNTA. Algo de razón llevarán, especialmente si han pasado por en Hospital y han sido mal tratados o peor aun rechazados sin miramientos ni excusas.
Y muchas por no recibir atención.
Va por el comentario de "hipócrita" que aparte de eso mismo no tienes ni idea Esta mujer es una profesional como la copa de un pino y no lo digo sin efecto de causa La conozco y es altamente profesional y sabe de qué habla
No mienta....por falta de atención al paciente tambien
Si sabe algo ella del pobre niño llamado Aitor que acudió hasta cinco veces en urgencias en Alicante. Falleció de peritonitis. Fue atendido por varios médicos ninguno le dio importancia. Ni un análisis de sangre. Nada de nada. Según los sanitarios el niño estaba bien que no hacía falta que acudiera a urgencias. Que tenían mucho trabajo por la COVID. Según la abuela en urgencias solo estaban ellos dos. Que vamos como se retorcía de dolor el pobre niño y no sabían diagnosticar que era una apendicitis, con tanto médico que le observó. Supongo que habrá buenos sanitarios, como en todas las profesiones.
La dra. Perelló se cura en salud, hablando de lo que conoce que es Son Espases, entonces mejor que no la hubiesen entrevistado, en Sont LLatzer paciente con cáncer de mama en revisión cada 3 meses, no la llaman hasta los 8 meses u por teléfono y sin haberle hecho ninguna analítica. Según la oncóloga es por culpa de los usuarios que no quieren estar juntos y eso hace que haya retraso, en fin un desverguenza
Esper que prest surtin els números de les persones a les que se lis ha passat amb excuses del Covid per fer lis proves amb les que s'haurien evitat morts innecessaries.