Centro de rastreadores COVID, en Palma. | Jaume Morey

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Paralelamente a la evolución hospitalaria, el grueso de los contagios recayó en una Atención Primaria que también se vio obligada a reinventarse. Si bien el teléfono atendido por el 061 se saturó a los pocos días, fueron surgiendo nuevos números a los que acudir para resolver dudas o recibir atención médica. A día de hoy Infocovid y Kidcovid atienden de media 1.990 llamadas.

Durante el confinamiento se formaron también las Unidades Volantes de Atención al Coronavirus (UVAC) constituidas por trabajadores voluntarios de los centros de salud para dar atención a domicilio o a residencias. El InfoCovid les derivaba las llamadas de los pacientes, según su gravedad, para que se hiciera un seguimiento de su caso que al principio sólo llegaba a los más graves no ingresados.

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El rastreo de contactos estuvo a la orden del día desde el primer momento. Cabe recordar que al paciente inglés se le detectaron hasta 70 contactos estrechos tras haberse contagiado en una estación de esquí francesa, pero se extendió a pie de calle al final del confinamiento. Explica Salut que hasta 421 profesionales rastrean ahora desde la central de Can Valero una media de 101 casos diarios.

Con la llegada de la vuelta al cole se organizaron dispositivos pedíatricos y ya en la segunda ola se popularizó el cribado poblacional. Los confinamientos de las áreas de Son Gotleu o Arquitecte Bennàssar fueron los primeros en probar las pruebas masivas. A día de hoy ya se han realizado 18 con un promedio de 1,5 % de contagios detectados.