Josep Pomar ha hecho estas manifestaciones al programa de radio de EFEsalud, «El Bisturí», dentro del proyecto de este canal para 2021, en el que semanalmente habla con el hospital de una provincia española sobre cómo han vivido y viven la pandemia.
La primera ola del coronavirus no tuvo en Baleares un impacto tan grande como en otras comunidades, señala Pomar, quien recuerda que llegaron a tener en la UCI de Son Espases unos 40 pacientes Covid, mientras en la tercera ola se ha llegado a 54.
«Hemos podido abordar esta última ola con más seguridad, conocimientos y planificación; ahora el hospital está perfectamente preparado para hacer frente a estas olas, aunque sean intensas, y mantener en paralelo una actividad asistencial que en los primeros momentos no pudimos», destaca.
Sobre la previsión en la evolución del virus para los próximos meses, Pomar señala: «Dentro de la incertidumbre que comparten científicos y clínicos, todavía no es momento de grandes verdades ni grandes afirmaciones, pero notamos que en las personas que están en residencias (donde ya se ha vacunado) se observa una bajada drástica de contagios y necesidad de asistencia».
«En los dos o tres próximos meses, entendemos que esto se va a extender a la población general. Si esta es la pauta como resultado de la vacuna, nos quedan unos meses, pero la visión es esperanzadora», completa.
Para el director gerente de Son Espases, el momento más complicado contra la pandemia fueron «aquellas semanas en que parecía que no llegábamos, que podíamos quedarnos sin respiradores, sin personal para atender las uci, con mucho personal del hospital infectado; semanas de estrés y gran preocupación».
El primer paciente de coronavirus ingresó en este hospital el 7 de febrero de 2020.
«Este primer paciente supuso un revulsivo de interés médico para tomar conciencia de la enfermedad, pero no afectó a la organización general del hospital contra el virus, eso vino después», recuerda.
Respecto al efecto en otras patologías de los meses más duros de la Covid, la pasada primavera, Pomar señala que llegaron menos pacientes al hospital y algunos diagnósticos no se realizaron en el momento adecuado, pero también resalta que se paró poco en oncología, cirugía cardíaca y enfermedades de riesgo o urgencia.
A este respecto añade: «Pasada la primera ola, nos planteamos que el hospital no podía parar y debía seguir, aún a riesgo de nuevas olas. Es un hospital que tiene 10 años, es moderno y cuenta con tecnología puntera».
Pomar hace un balance «muy positivo» de los diez años de Son Espases, referente en Baleares, y cuyo objetivo es situarse entre los 10 o 12 grandes hospitales españoles de primer nivel.
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