El Instituto Geográfico Nacional español ha detectado este jueves de madrugada un terremoto de 5,7 grados de magnitud al norte de Argelia, que se ha dejado sentir en Manacor, Palma y S'Arenal de Llucmajor.
Según recoge el portal web de esta entidad dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el epicentro del seísmo fue registrado a las 00.04 horas. El epicentro se situó entre las ciudades argelinas de Bugía y Jijel, y la escala a la que se pudo sentir en las localidades mallorquinas fue muy leve.
En febrero de 2020 los vecinos de localidades del Pla y Llevant de Mallorca como Sant Joan se vieron sorprendidos, también de madrugada, por un temblor que se manifestó con «vibraciones en las casas y perros ladrando». Desde el Instituto Geográfico Nacional lo clasificaron como un terremoto, de grado entre 2 y 3, lo que supone una intensidad baja, y cuyo epicentro se localizó a nueve kilómetros de profundidad, en un punto entre Petra y Manacor.
En noviembre de 2011 ya hubo un fenómeno similar también de baja intensidad, de magnitud 2,1 en la escala de Richter, que tuvo su epicentro en la zona de sa Bastida, en el municipio de Sant Joan. En aquella ocasión, los vecinos del municipio y núcleos de los alrededores también se despertaron alarmados.
Posteriormente, en febrero de 2012, concretamente el día 8, otro terremoto sacudió de nuevo el Pla de Mallorca. En esta ocasión, el epicentro estuvo en la zona de es Pagos (también Sant Joan) y fue a 12 kilómetros de profundidad y su magnitud fue menor, de 1,8 en la escala de Richter. En ambas ocasiones, las reacciones de los vecinos fueron las mismas que ayer, alarma y susto que no provocaron ningún tipo de desperfecto.
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Hace años 2003 hubo otro en Argel de magnitud 7 y hubo un pequeño tsunami Mahó, sufrió las peores consecuencias Más de 70 embarcaciones se hundieron y otras 80 registraron grandes desperfectos.Los cientificos ofrece una hipótesis geológica para explicar por qué el tsunami no engullió la costa mallorquina. Según queda reflejado en su artículo, debido a que las pendientes submarinas son bastante empinadas, especialmente hacia Mallorca, las olas del tsunami rebotaron en ellas y fueron reflejadas, protegiendo a Palma de una gran amplificación del oleaje. En Mallorca causó numerosos daños materiales en embarcaciones que estaban amarradas en Porto Cristo, Cala Rajada, Portocolom, Portopetro, ses Salines e incluso en Palma.
Sería perfectamente factible con la teconología actual instalar una red de boyas automáticas que disparasen alarmas al detectar la llegada de un tsunami desde Argelia a Baleares. Se podrían evitar miles de muertes. El problema es que nuestras instituciones geológicas están parasitadas por enchifados incompetentes, como por ejemplo el director del IGME en Baleares, que no es geólogo, pero sí geógrafo.