Los vecinos viven con preocupación el cierre de locales. | Pere Bota

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Restauradores y vecinos de es Molinar se concentraron este sábado por la tarde en la pista de patinaje del barrio para «no dejar que nuestras familias pasen hambre por culpa de una mala organización política de la pandemia».

La crisis sanitaria obliga a cerrar de nuevo los interiores de bares y restaurantes, y sólo permite el aprovechamiento de las terrazas exteriores de los locales. El Molinar es un barrio con una gran cantidad de negocios de la restauración; unos han cerrado y otros luchan por subsistir.

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Este es el caso de ‘Es racó den Joan', propiedad de Juan Enfedaque. El hostelero explica que «tengo cinco familias que dependen del restaurante, y nos encontramos bajo cero. Hace cuatro meses que no tenemos ningún ingreso. Nos ingresaron 1.500 euros de la ‘paga' de Armengol y 2.000 más. Si esto no lo arreglamos nosotros, no lo va arreglar nadie, desgraciadamente», explica.

Por su parte, Miquel Obrador, vecino de es Molinar desde hace más de 20 años, afirma que «el barrio está muy unido y nos damos ánimos los unos a los otros. Buscamos soluciones. La gente que tiene bares o restaurantes compró género y ahora tiene las neveras llenas de comida que no puede vender. Consideramos que no se defiende la parte turística de la que dependen miles de personas. La gente está desesperada. Hay que tener muy presente la Covid-19 y seguir las medidas sanitarias. Hay que luchar contra el virus y las dificultades económicas, pero también contra este Govern: no da seguridad; las ayudas llegan tarde y mal, ya tendrían que estar repartidas. Y solo tenemos el 5% de vacunaciones».

Este sábado por la tarde lucía el sol en es Portitxol. En algunas terrazas se veía animación, y muchos clientes parecían turistas o extranjeros.