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Cafeterías, bares y restaurantes de Mallorca han abierto este domingo por fin el interior de los establecimientos tras más de seis meses de cierre. El día desapacible, con lluvia y un frío inesperado e impropio de finales de mayo, ha hecho que la gente cambiara la playa por la ciudad y el exterior de los bares por el interior. Durante toda la mañana numerosos ciudadanos se han acercado a los establecimientos por fin abiertos. La hostelería llevaba cerrada en su interior desde diciembre, con un breve paréntesis de unos días antes de Semana Santa que provocó más pérdidas que ganancias.

En una de las cafeterías más tradicionales de Palma, Can Joan de s'Aigo, incluso se han formado colas para acceder al interior y durante toda la mañana se han llenado las cafeterías en el espacio limitado que tienen abierto. El bar Bosch, otro de los tradicionales para tomar un café y leer el periódico, ha permanecido lleno en su interior durante casi toda la mañana. Las cafeterías, bares y restaurantes deberán cerrar el interior a las 18.00 horas, ya que es la hora límite acordada por el Govern.

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La apertura del interior de los establecimientos está limitada al 30 % de aforo para aquellos que tienen terraza y al 50 % para quienes no la tienen. La limitación de aforo en el interior se compensará con el mantenimiento de las terrazas provisionales ubicadas en los aparcamientos y en las calles peatonales. Esta posibilidad acaba el 30 de mayo, pero el Ajuntament de Palma tiene intención de modificar el decreto y ampliarla hasta pasado el verano muy probablemente, según ha asegurado el teniente de alcalde de Participació Ciutadana i Govern Interior, Alberto Jarabo.

El interior de la hostelería cerró el pasado mes de diciembre, lo que ha supuesto que prácticamente el 80 por ciento de la restauración haya permanecido cerrada durante todos meses ya que los establecimientos con terraza son minoritarios. Las patronales de la hostelería había pedido al Govern que permitiera la apertura del interior en horario de mañana y tarde para compensar el cierre de todos estos meses, pero el Ejecutivo ha apelado a la prudencia para seguir con una desescalada lenta que evite un aumento de los contagios.