¿Qué otros cargos ha ostentado antes de asumir el consulado de Catalunya, Aragón y Baleares?
—He estado muy vinculado en América Latina, sobre todo Chile y Perú, en Gabón y mi último cargo fue en Turquía.
Asume su nuevo puesto en plena pandemia, ¿en qué ha consistido su trabajo estos meses?
—Nuestro trabajo consiste en conocer gente. Como cónsul prestamos ayuda a la comunidad y hemos tenido que lanzar ayuda social. Nos hemos tenido que reinventar. Nos han ayudado las reuniones telemáticas con asociaciones de franceses. Ha sido una situación frustrante que ha consumido mucha energía y donde surgieron nuevas ideas.
¿Qué perfil tiene la población francesa residente en Mallorca?
—Está muy ligada al ámbito turístico y por lo tanto, ha salido muy tocada por la situación. Está viviendo un momento duro. Algunos franceses han necesitado una mayor cuantía en las becas, que se han multiplicado en número, para estudiar en el Liceo francés o para mantenerse. También hemos implementado una pequeña ayuda social para las familias. Hay gente que lo ha perdido todo y ha tenido que volver a Francia mientras esperaba la ayuda social española.
¿Cuántos galos hay en la Isla?
—Ahora mismo están registrados más de 3.800 pero la inscripción es facultativa. Por número de empadronados calculamos que hay más de 8.500 en la Isla.
¿Han notado un cambio en la población francesa insular?
—Tenemos muchas historias de gente que viene a vivir a Mallorca. Son trabajadores nómadas, talentos que están llegando. El reto es insertarlos en la vida diaria. En 2019 vinieron 800.000 turistas franceses pero no hay rótulos traducidos en la Isla para ellos. En 2018 y 2019 se incrementó cada año un 25 por ciento el número de turistas galos. Queremos promocionar el turismo a Balears a través de las redes sociales e influencers. También están apareciendo reportajes en revistas muy influyentes.
Este mes hemos visto muchos galos de vacaciones, han sido de los primeros en volver a la Isla.
—El turismo se ha reanudado muy rápidamente. La línea marítima entre Toulon y Alcúdia, de Corsica Ferry, ha facilitado la llegada. Muchos vienen como turistas y luego invierten en vivienda en la Isla.
Hay una conexión histórica entre Francia y Mallorca.
—La hay y además, tenemos la suerte de contar con el Liceo Francés, que en septiembre inaugura el nuevo edificio que acogerá en septiembre a 600 alumnos hasta Bachillerato. A los franceses les aporta mucha seguridad contar con este centro. También es atractivo para los mallorquines, ya que se imparte educación en cinco idiomas.
¿En qué situación está Francia con la pandemia?
—El 60 por ciento de la población de más de 18 años tiene puesta la primera dosis y se abre la vacunación para mayores de 12 años. En espacios abiertos no hacinados se puede quitar las mascarillas. Hay buenas costumbres que deberían quedarse. Cada día en el consulado en Mallorca recibimos entre 50 y 100 llamadas diarias de franceses que preguntan por las condiciones sanitarias para venir aquí.
¿Qué objetivos se ha propuesto desde el consulado?
—Apostamos por la economía azul, queremos conectar estos ecosistemas de innovación que tenemos en Francia y queremos un Mediterráneo ejemplar, más innovador y sostenible. En 2022 vamos a trabajar para que se conozcan las iniciativas de centros de investigación, universidades y astilleros franceses. Hay interés por intercambiar estudiantes. Estamos interesados en el Polo Marino que se va a desarrollar en Nou Llevant y en los centros de innovación de Barcelona. Un diputado francés está desarrollando una comunidad mediterránea de energías renovables.
3 comentarios
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Hemos perdido en representación diplomática, pues ya no hay cónsul de Francia para las Balears solas. Si embargo se trata de un consulado de carrera no solamente honorario, como otros países.
¿Qué pasará con el Parc Bit? ¿Es Nou Levant otro Parc Bit? ¿Ambos con o sin metro? No entiendo nada. Veo bien que la ciudad se desarrolle, pero no que las cosas se dejen tiradas como aquel edificio en Parc Bit de la Universidad de unos 3000 m2 que está listo y terminado. Las malas lenguas dicen que "los de la UIB" no quieren trasladarse a este edificio ya que el "bacalao" se corta en la UIB misma, no fuera. O en otras palabras, "te pierdes cotilleo y oportunidades de negocio".
"Una flor no fa estiu". Lo digo por el animoso diputado francés que está desarrollando una comunidad mediterránea de energía renovables. Espero que se sumen mas personas y recursos.