Actualmente se está procediendo a las labores de limpieza y allanamiento del solar municipal, por lo que el centro podría estar disponible para su uso «en pocas semanas». | Redacción Local

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La inminente apertura de un centro de atención temporal de extranjeros en un solar del Ajuntament en s'Aranjassa ha provocado un gran revuelo y preocupación entre los vecinos, que no esconden su temor. Y también la indignación, tanto de estos como de la oposición política en Cort por el «secretismo» con el que se estaba llevando a cabo la operación. El hasta este miércoles comisario provincial de la Jefatura Superior de Baleares, José Antonio Puebla, salió al paso para informar de que en este emplazamiento, que estará listo «en unas pocas semanas», podrán instalarse provisionalmente módulos desmontables, tantos como sean necesarios, «con el fin de garantizar el cumplimiento del período máximo de 72 horas en el que estas personas pueden estar bajo custodia policial». A continuación, siguiendo con el procedimiento habitual, los migrantes serán remitidos a un CIE fuera de las Islas (aquí no hay) para ser retornados a su país o derivados al sistema humanitario de acogida.

El centro, dijo, «responde a un problema que estaba surgiendo ante la mayor llegada de pateras desde Argelia» a las Islas. Sobre la localización del centro, admitió que «quizá no sea la más idónea, pero es una solución digna». Aseveró que «en ningún caso se va a establecer una residencia permanente».

Calabozos insuficientes

Puebla recordó la dificultad de acoger a los migrantes en las «insuficientes» instalaciones de la Policía Nacional, ya que los calabozos «no pueden albergar a tantos». Tampoco es posible hacer uso de las estaciones marítimas, habilitadas durante la pandemia, debido a la llegada de cruceros.

Por su parte, el portavoz del equipo de gobierno en Cort, Alberto Jarabo, explicó que la Delegación de Gobierno había solicitado al Consistorio «la cesión puntual de un espacio municipal para poder disponer de una ubicación temporal para casos de emergencia, es decir la llegada de muchas pateras a la vez», una vez que ya no se pueden utilizar las instalaciones del puerto.

Por tanto, destacó, «este solar municipal solo se utilizará para casos excepcionales y de emergencia, por lo que no podemos hablar de un espacio físico permanente». La actuación municipal, insistió Jarabo, «ha consistido en intentar aliviar la situación aceptando la reclamación de Delegación de Gobierno y dando permiso para utilizar el solar».

A su entender «no es el espacio ideal para que estas personas puedan estar allí», pero añadió que «aquí podríamos entrar en un debate más amplio sobre cuál debería de ser el modelo de inmigración de nuestro país».

Por último, aseveró que «las personas que llegan en patera han de disponer de un espacio lo más digno posible, y Palma es una ciudad de acogida, por lo que hemos permitido aliviar esta situación y entendemos que este espacio mejorará la situación que se encontraban actualmente».

Desde Cort se aseguró que no se requieren licencias pues no se construye nada, tan solo el permiso para el uso del solar.

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La portavoz del PP en Palma, Mercedes Celeste, declaró que «este centro confirma que Mallorca es ya una ruta fija de inmigración ilegal» y acusó al alcalde Hila de «ocultar a los ciudadanos» la construcción del mismo. Con esta forma de proceder «se ha generado una gran tensión entre los vecinos y miedo, lo cual es lo peor que podían hacer».

Desde Ciudadanos, Eva Pomar mostró su «preocupación» por el proyecto y anunció que «vamos a exigir al Ajuntament que explique por qué se crea este centro con nocturnidad y alevosía, sin contarlo a nadie». Cs cuestionó el espacio elegido y las condiciones de seguridad para vecinos y migrantes.

El líder de Vox en Balears, Jorge Campos, exigió la paralización del centro, «porque lo que hay que hacer con los inmigrantes ilegales es devolverlos a sus países y no construir dependencias para incrementar el efecto llamada y la inseguridad».

Pero el mayor enfado correspondía ayer a los vecinos de la zona. Los presidentes de las asociaciones de es Pil·larí (Pedro Medina), s'Aranjassa (Toni Server) y Sant Jordi (Xisco Jaume) se opusieron al centro que, aseguraron, «ha creado alarma y miedo entre muchos residentes».

«Los responsables seguro que ni han ido al lugar, porque si lo ven ni se les ocurre llevarlos allí por humanidad», dijo Medina.

Jaume expuso que se trata de «una zona con riesgo de inundación, con un fuerte y continuo mal olor motivado por la depuradora de Sant Jordi, y atestada de mosquitos». También describieron que «hace un calor horrible en verano y un frío que pela en invierno», y que la zona tiene mucho ruido por los aviones.

En Palma, dijeron todos ellos, «hay otro tipo de infraestructuras vacías que se podrían haber habilitado para poder dar un servicio mucho más humanitario, como los cuarteles cerrados».

Medina alertó también de que el solar «no está vallado, con lo que cualquiera podría entrar y salir. Viendo todo lo que sale en prensa de otros lugares parecidos pues lógicamente los vecinos tienen un poco de miedo». Los portavoces vecinales criticaron que no se les haya avisado. «Es patético que lo hagan todo en escondidas, han actuado para que cuando nos enterásemos ya estuviera todo hecho», lamentó Server. «Lo han hecho mal, el secretismo y que, humanamente hablando, es imperdonable el lugar escogido», concluyó.

Més se desmarca e insta a buscar otra ubicación más apropiada

El líder de Més per Palma –partido socio del PSOE y Podemos en Cort–, Antoni Noguera, declaró ayer que «consideramos muy inapropiado e inhabitable el solar elegido en s'Aranjassa para acoger personas». En opinión del responsable de las áreas de Cultura y Benestar Social en Cort, «se tiene que encontrar otro espacio que reúna las condiciones de dignidad necesarias». Recordó que «siempre hemos sido una ciudad de acogida, por este motivo el Gobierno no puede dar esta imagen de un servicio de acogida en tiendas de campaña en un solar que no reúne las condiciones.