Miquel Porquer, Josep Franco, Catalina Riera, Toni Amengual, Lina Pons, Gori Ferrà y Sebastià Salas.  | Teresa Ayuga

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Antoni Amengual y el resto de la cúpula del PI que ha presentado su dimisión se van del partido señalando a Josep Melià, aunque sin nombrarlo, como responsable de la crisis. «Nuestro proyecto político ha chocado con proyectos personales de determinadas personas que no han querido sumarse», dijo el ya exlíder de la formación, que además criticó las «deslealtades» de algunos dirigentes.

Amengual añadió que la mitad de la cúpula del PI se va «porque no quiere ser tutelada» y lamentó que la actual dirección lo haya tenido difícil «por fidelidades tejidas hace años que taponan el crecimiento del partido». Amengual anunció que deja la política y que en septiembre dimitirá en el Consell.

«No vinimos a cavar trincheras, vinimos a tirar adelante un proyecto colectivo en el que creíamos. Si no somos una dirección de consenso, mejor que se haga un congreso», añadió. La vicepresidenta de la formación, Lina Pons, también ha dimitido y ha anunciado que dejará la portavocía en el Parlament. Ayer dejó la puerta abierta a una dimisión como diputada.

Además de Amengual y Pons, dejan el partido el tesorero, Miquel Porquer; el secretario de Coordinación, Gori Ferrà, el secretario de Comunicación, Josep Franco; la secretaria de Formación, Catalina Riera, y el secretario de Estudios y Programas, Sebastià Salas.

Pons afirmó que existen «dos sensibilidades que son imposibles de mezclar» y que se van para no «destrozar» el partido». «Esto no es un club de amigos venido a más», añadió la vicepresidenta, que sí se refirió de forma directa a los «melianistas».

Los dos dirigentes explicaron que, con su marcha, pretenden evitar que el partido se rompa ya que creen que el debate sobre quién debe dirigir el PItiene que hacerse en el congreso. «Nos vamos para no hacer daño», insistieron. Amengual anunció que no se presentará su candidatura, pero dado el clima de división en el PI está claro que habrá al menos dos candidatos.

«El partido no debe excluir a nadie pero hay gente que debería repensar su sitio y sus actuaciones», dijo cuando se le preguntó por Melià. La posibilidad de pactar con Vox es otra de las razones que esgrimió Lina Pons para renunciar. Dijo que nadie le ha dejado claro que no se pactará con Vox y criticó el acuerdo alcanzado en Llucmajor con exconcejales del partido de Jorge Campos.

En una carta de despedida dirigida a la militancia, Amengual asegura que no quiere ser «la marioneta» de nadie y que no está en el partido «para cavar trincheras    ni para alentar venganzas con luchas fratricidas». Asegura sentirse «decepcionado» por la actitud de algunos dirigentes.

El principal señalado por los dimitidos, Josep Melià, aseguró ayer que nadie sobra en el partido y que su voluntad es «sumar». Defendió la pluralidad y la existencia de distintas sensibilidades en la formación, «que son una fortaleza». También señaló que es necesario conseguir el consenso perdido en un partido «imprescindible» para defender los intereses de Baleares.