Un padre acompaña a su hija. | JULIAN AGUIRRE / TERESA AYUGA /

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El pasado mes de junio, la Federació d’Associacions de Pares i Mares (FAPA) de Mallorca y la entidad Vianants Mallorca celebraron una reunión con asociaciones de familias con el objetivo de crear un grupo de trabajo sobre entornos y caminos escolares seguros.

A la reunión asistieron 14 asociaciones de 9 municipios de Mallorca: Binissalem, Costitx, Inca, Marratxí, Palma, Bunyola (Palmanyola), sa Pobla, Santanyí y Sóller. Estas familias plantean la necesidad de soluciones a las situaciones creadas a las entradas y salidas de los centros educativos, con atascos de vehículos y problemas de seguridad por la concentración de coches de progenitores que dejan o pasan a buscar a sus hijos.

Para estas familias, todo ello genera un entorno poco seguro, lo que lleva a los padres a descartar que sus hijos, si tienen edad suficiente, vayan solos y andando hasta el centro educativo.

Todas las entidades implicadas están dispuestas a poner en marcha, a partir de septiembre, iniciativas y actividades que lleven a la planificación de caminos escolares con la participación de toda la comunidad educativa. Con este objetivo, las asociaciones están dispuestas a asumir el papel de motor de cambio en la movilidad de pueblos y ciudades de Mallorca, empezando por los centros educativos, y recuperar el espacio público para los niños y sus familias.

Autonomía

La idea es, con la implicación de los ayuntamientos, planificar y crear rutas hasta cada centro educativo de manera que la incidencia del tráfico rodado sea nula o la mínima posible. De este modo, los alumnos podrán ir y volver de sus centros en un entorno seguro, sin estar pendientes de los coches, con una plena autonomía en su movilidad y con una mayor tranquilidad de las familias.

La planificación de estos caminos escolares seguros, sobre todo si hay algún tramo en el que no se puede evitar la incidencia del tráfico, deberá contar también con la colaboración de los conductores, que tal vez se vean obligados en determinados puntos a una velocidad todavía más moderada de lo habitual. Aquí, el trabajo y el control de las policías locales es fundamental.

Otras cuestiones a tener en cuenta son que numerosos alumnos acuden a sus centros educativos en bicicleta y que incluso se podrían llevar a cabo obras con el objetivo de pacificar el tráfico en estas rutas, como por ejemplo la ampliación de aceras.