La compra por 165 millones del hotel Formentor a Barceló por el fondo andorrano Emin Capital, la operación más importante. | Elena Ballestero

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Mallorca acapara desde diciembre del pasado año las operaciones de compraventa de hoteles, principalmente de cuatro estrellas, por fondos de inversión extranjeros y family offices (gestores de patrimonios familiares), que quieren aprovechar la falta de liquidez de las empresas mallorquinas para poder resolver sus problemas financieros provocados por la pandemia en el último año y medio, y poder incrementar, con ello, su cuota de mercado hotelera en la Isla, que en estos momentos se acerca ya a los 200 establecimientos.

La operación más sonada se formalizó a mediados de diciembre y tuvo como protagonistas al fondo andorrano Emin Capital y al grupo Barceló con la venta del Formentor por 165 millones de euros. Las cadenas Meliá, Barceló, Riu e Iberostar también han echado mano de los fondos de inversión para vender establecimientos sin perder la gestión y obtener, con ello, financiación para otros proyectos expansivos.

Mallorca, por su gran demanda vacacional y potencial crecimiento del segmento del lujo en los próximos años, se ha convertido en el principal objetivo para los fondos.

«El turismo se ve como un gran activo, de ahí el poder de atracción que tiene para los fondos. Ven a Mallorca como un destino propio, lo mismo que al resto de islas. Las ofertas que se realizan a grandes, medianas y pequeñas cadenas hoteleras son muy sustanciosas, pero los precios que establecen los hoteleros están fuera de mercado. Esto es lo que explica que ahora, con la pandemia controlada, las operaciones se han ralentizado», indican desde Hotel Investment Partners (HIP), CBRE Global Investors, Porto Bello Capital, KKR e Hispania.

El resto de fondos que operan en las Islas son Atom Hoteles, Covivio, Corum AM y Elaia Investment.

En los últimos siete años los fondos han comprado participaciones accionariales en cerca de 200 hoteles en Balears, el mayor porcentaje de ellos en Mallorca.

Lo que sí ponen de manifiesto los fondos de inversión es que los hoteleros, al recuperarse ahora la actividad turística, piden un precio, muy por encima del mercado. «Al precio que exigen, entre 100.000 y 200.000 euros por habitación, no se pueden materializar operaciones de compraventa. La cifra realista debe ser entre 80.000 y 125.000 euros, ya que a la cantidad de la compra hay que sumar luego los proyectos de rehabilitación y modernización», apuntan. El montante de las operaciones por la compra de un hotel ronda los 20 millones de euros, aunque ello depende del número de habitaciones y categoría del establecimiento.

El apunte

Prioridad por los establecimientos de cuatro estrellas para luego aumentarlos de categoría

La prioridad de los fondos de inversión es adquirir establecimientos de cuatro estrellas ubicados en primera línea de playa. El objetivo es adquirirlos y luego realizar las oportunas inversiones para posicionarlos en el mercado turístico con una mayor categoría, de cinco o cinco estrellas superior.

El desembarco de los fondos en Mallorca y resto de Balears ha propiciado que en el último año los portales inmobiliarios contabilicen más de 700 hoteles en venta en las Islas. La causa de esta cifra tan elevada es porque sus propietarios quieren disponer de liquidez en un momento en el que los ingresos han bajado de forma ostensible por la pandemia y tener que hacer frente a los costes financieros de los bancos por hipotecas solicitadas para reformas o ampliaciones. Para el hotelero es una buena solución.