Embarazada de 27 semanas, sin trabajo, con 460 euros para sobrevivir, sin solución habitacional a largo plazo y la respuesta del área de Bienestar social del Ajuntament de Palma es: «¿No has pensado en mudarte a otra comunidad?».
Esta es la frase que le dio la trabajadora social asignada por el consistorio palmesano a María Pérez cuando solicitó ayuda para encontrar una salida a su extrema vulnerabilidad: «Necesito una casa, un alquiler social, lo que sea... y la actitud del Ayuntamiento es frustrante. En la conversación que tuve con la funcionaria de Servicios Sociales me confirmó lo que ya sabía. Ahora no hay vivienda sociales y no puedo acceder a una ayuda para el alquiler porque tengo algunos ahorros; además, nadie me va a arrendar un piso en mi situación personal y laboral. Es la pescadilla que se muerde la cola», apunta esta joven.
En este sentido, recuerda que estos ahorros están desapareciendo a marchas forzadas «porque no tengo trabajo y sí muchos gastos extra con la llegada de mi hijo. ¿Qué puedo hacer? Le pregunté. Y su respuesta me dejó helada. No lo sugirió, me dio como alternativa más factible que me mudara a otra comunidad», denuncia María.
Esta mallorquina dejó hace dos años su trabajo para estudiar Mecánica de aviones, con un cálculo aproximado de cuánto le costaría pagar las facturas y hacer el curso sin trabajar. Luego llegó la pandemia, el retraso de las clases, un embarazo no esperado y la ruptura con el padre de su hijo nonato, con el que convive hasta que encuentre una solución habitacional: «Nunca, nunca pensé en verme en una situación así. Es dramático».
Ante la falta de apoyo del Consistorio, María lamenta que la única solución posible que le den es mudarse fuera de la Isla donde ha vivido casi toda la vida. «¿Me voy a Sevilla porque allí tengo apoyo familiar? ¿Optó por trasladarme a Asturias, por ejemplo, donde voy a estar totalmente sola, pero a lo mejor, solo a lo mejor, los servicios sociales me ayudan más que aquí? O mejor aún, ¿me voy a vivir a Tailandia, que la vida es mucho más barata que en España y mis ahorros cundirán más?», se pregunta esta joven, que asegura haber puesto una queja por el trato recibido.
La respuesta del Consistorio
Última Hora se ha puesto en contacto con el Consistorio palmesano para confirmar la queja de esta usuaria. Según Catalina Trobat, coordinadora general del área de Bienestar Social del Ajuntament, «los trabajadores sociales no utilizan ese tipo de lenguaje, y si se hubiera dicho, sería intolerable».
Así, Trobat confiesa que no puede entrar en si una dijo una cosa y otra lo entendió mal porque no estaba allí. «Pero me he reunido con la trabajadora en cuestión y asegura que no le dio semejante idea. Humildemente, creo que María, dado lo delicado de su situación, tergiversó el comentario de la funcionaria».
María, que ratifica su denuncia, sigue compuesta y sin alternativas por el momento y se pregunta impotente: ¿Para qué sirven los servicios sociales si no te ayudan?