El psicólogo Toni Riera explica que la situación sanitaria ha provocado daños psicológicos y emocionales de diferente nivel. Por un lado, aquellos que son consecuencia directamente derivada de la COVID-19, «en aquellos que la han padecido. Así se encuentran problemas para dormir o de concentración y de estrés. Hay otras personas que no han enfermado pero han perdido a familiares o allegados y continúan sufriendo duelos muy complicados, especialmente en los primeros meses». Riera asegura que todavía hay gente que tiene «temor al contagio», tanto «a contagiar a personas de su entorno, que pueden ser de riesgo, y también a sí mismo».
La pandemia, señala, también ha generado otro tipo de daños «derivados de las restricciones». «La que mayor impacto tuvo sin duda fue el aislamiento, y en mayor o menor medida según el grupo de edad. Hay que subrayar que los máximos perjudicados han sido los niños, porque les han interrumpido una etapa clave de socialización». El vocal de Psicología Clínica del Col·legi Oficial de Psicòlegs de les Illes Balears asegura que en las familias también ha tenido importantes consecuencias: «Se han disparado las tensiones, la agresividad, los problemas de comunicación,... ».
Toni Riera concluye destacaría una gran tercera consecuencia, «las derivadas del impacto laboral. Es mucha gente la que ha tenido que adaptarse a una situación nueva. Dejar el trabajo, cambiar la rutina, trabajar en casa,... por no hablar de todos aquellos que lo han perdido y con ello han perdido su posibilidad de llegar a fin de mes. Sin dinero es imposible afrontar la situación con bienestar psicológico». El psicólogo asegura que «el temor al contagio no es lo que más se ha visto, sino el desgaste emocional».
El especialista reclama la presencia de más psicólogos en Atención Primaria, «la gran carga la están asumiendo los centros privados, que son los que tienen capacidad de absorción y profesionales a nivel particular».
4 comentarios
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No confío en los psicólogos y paso olímpicamente de ellos. Somos Pura química, así que me inclino por la psiquiatría.
Ahora mismo la mayor preocupación es por los, cada vez más, casos adversos tras la vacunación. Tiempo al tiempo