Tome un mapa de Palma y localice la calle Indústria. Si se fija, esta vía es la continuación natural de Jaume III a partir del punto en el que antiguamente estaba la muralla de la ciudad, sustituida en la actualidad por el Passeig Mallorca. Indústria discurre en dirección noroeste, pasa a llamarse Dragonera y más adelante, Camí de Son Rapinya, hasta topar con el Golf Son Quint.
Pues bien, toda esta vía está trazada sobre el antiguo camino que unía Palma con Puigpunyent, y que fue utilizado hasta principios del siglo XX. Una vez en Son Quint, la vieja carretera continúa, convertida ahora en ruta de senderismo, se adentra en el bosque y enfila las montañas de la Serra de Na Burguesa, atravesando terrenos que antiguamente formaban parte de imponentes possessions agrícolas, como Son Quint, Son Camps, Son Serralta y Son Puig, siempre bordeando sa Riera. En un momento dado, se bifurca, en dos ramales, uno en dirección a Puigpunyent y otro hacia Estellencs.
La ruta, además de ofrecernos un exhuberante entorno natural a tiro de piedra de Palma, nos depara algunos tramos muy bien conservados de la calzada original, datada en el siglo XIII. «Es muy probable que Jaime I ya lo encontrara hecho cuando conquistó Mallorca. El camino, de piedra en seco, tiene la anchura de un carro de caballos, y si te fijas, hay surcos en la piedra hechas a lo largo de los siglos por el paso de las ruedas», explica Joan Prats, presidente de la Associació Son Quint-Parc Natural de Ponent. «La presencia en el recorrido de hornos de cal, minas de yeso y hasta un hostal donde descansaban los viajeros indica hasta qué punto fue transitado este camino memorial», subraya.
Esta asociación vecinal realiza periódicamente, desde hace dos años, rutas guiadas por esta zona, que reclaman sea declarada Parc Natural de Ponent. «Con 1.500 hectáreas, sería el tercer parque natural terrestre más grande de Mallorca, después del de la Península de Llevant i el de Mondragó, y conectaría con el Paraje Natural de la Serra de Tramuntana. ¡Sería un pulmón verde protegido justo al lado de Palma!», exclama.
«Hay un gran desconocimiento por parte de los palmesanos del tesoro natural que tienen a su alcance. Con iniciativas como estas caminatas, tratamos de poner en valor esta zona, que es una gran desconocida para los habitantes de Ciutat, a pesar de ser la corona verde de Palma. Nuestra referencia es que esto sea algo parecido al Parc de Collserola, en Barcelona», abunda.
Por el momento, las caminatas están teniendo un gran éxito. «El año pasado, en plena pandemia, participaron más de 1.000 personas en las 50 salidas que hicimos», destaca Prats. Se organizan unas cinco caminatas al mes, a las que cualquier persona interesada puede inscribirse poniéndose en contacto con la asociación. Todo el dinero recaudado se destina a acciones para conseguir la creación del parque natural.
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