Desde finales de noviembre hasta febrero se celebran en toda Mallorca las conocidas matances. Un fiesta arraigada en las Isla que tiene su origen en el suministro privado de sobrasadas y carne para llenar la despensa. Una tradición que la nueva Ley de Protección Animal, presentada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 hace tan solo unas semanas, podría poner en riesgo.
Por el momento, con la información que se ha filtrado sobre la propuesta de normal, las matances quedan en el aire. Se desconoce si el Gobierno piensa entrar en materia y acotar todavía más algunas de las condiciones para llevarlas a cabo. Hasta ahora solo se ha dado a conocer que la nueva ley animal aborda la tenencia y convivencia responsable con animales estableciendo un conjunto de prohibiciones para los propietarios. En el apartado de la nueva ley que hace referencia a los sacrificios prohíbe matar en público a animales, así como su utilización en espectáculos y otras actividades cuando éstas puedan ocasionar sufrimiento o en las que puedan ser objeto de tratamiento indigno. Queda excluida de esta prohibición el sacrificio de animales de producción y los utilizados en experimentación y otros fines científicos, incluida la docencia, que se regirá por su normativa específica.
Lo que si está legislado actualmente es la forma de sacrificio del animal, en la que, aunque algunos miren para otro lado, está prohibido hacerlo a cuchillo, con el animal chillando y desangrándose. Una directiva europea de 1993 permite seguir con esta tradición, fuera de los mataderos, pero siempre que al cerdo se le haya aturdido antes de clavarle el cuchillo. En el mismo sentido se reguló en España en 1995, aunque nadie vigila que se cumpla esta normativa de bienestar animal. Como requisito general, el Reglamento contempla que durante los procesos de sacrificio o matanza de los animales no se les debe causar dolor, angustia o sufrimiento evitable, por lo que dichas operaciones deben practicarse mediante métodos o técnicas que garanticen la inconsciencia e insensibilidad de los animales hasta su muerte.
Según el Boletín Oficial de les Illes Balears, por el que se rige la norma vigente, «la protección de los animales en el momento del sacrificio o la matanza es una cuestión de interés público que influye en la seguridad y la calidad de la carne. Un personal formado y calificado debidamente mejora las condiciones de trato de los animales. Por eso, la matanza y las operaciones conexas, las tienen que llevar a cabo únicamente personas con un nivel de calificación adecuado que estén en posesión de un certificado de competencia que garantice que en las actividades u operaciones de sacrificio no se cause a los animales dolor, angustia o un padecimiento evitable».
El cumplimiento de las normas que regulan la matanza domiciliaria en materia de salud pública están vigilados por la Conselleria de Salut. La norma dice que se pueden sacrificar animales de la especie porcina para el consumo doméstico privado, siempre que se sometan a un análisis de detección de triquina. La triquinosis es una enfermedad parasitaria ampliamente difundida a nivel mundial que se transmite por los alimentos cárnicos crudos o insuficientemente cocinados con larvas o quistes de triquina procedentes de jabalíes o cerdos infectados. Los propietarios de los animales deben aportar las muestras de carne de cada animal sacrificado en la forma, tiempo y lugar que indique el veterinario colaborador.
Además, los productos resultantes de las matances, así como la carne obtenida, se deben destinar al consumo familiar directo, y está consecuentemente prohibida su venta, tanto frescos como curados.
20 comentarios
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A ver si se van a pensar los que hacen esta nueva ley que sólo se hacen matanÇes en Mallorca,que el fuet, chorizo,salchichón y demás embutidos son lo mismo pero en versión peninsular. Está claro que la cuestión hoy en día es dar por saco y meterse con todo lo tradicional y sea materia cultural ,arquitectónica ,gastronómica, que se lleva haciendo cientos de años sin que nadie se haya quejado hasta hoy.
A ver si son capaces de decirles a los musulmanes que no maten corderos en su fiesta.
No creo que sea lo mismo torturar por diversión que matar para comer. Los que torturan a un ser vivo y lo hacen sufrir por las risas, son unos psicópatas y la ley de protección animal es para proteger a los animales de locos como estos. Y ya no me meto en temas como la tauromaquia, gente poniendo gomas en los geniales a gatos para ver como sufren, gente dando palos a caballos por frustración o perros apalizados son ejemplos mucho más típicos y más a mano. Matar para hacer embutidos? Matar a un palomo para echarlo al caldo? Eso no es tortura ni crueldad, es naturaleza. Cuando un zorro mata a un conejo y se lo come? Cuando un león mata a una gacela? Cuando un gato mata a un pajaro? Nosotros no somos distintos. Otra cosa seria si en las matances, hicieran sufrir al animal durante horas mientras el público extasiado grita y aplaude pidiendo piezas. Pero no es el caso. La muerte del animal es rápida e indolora y se aprovecha todo.
Esto va en camino a ser otra Cuba. TODO PROHIBIDO, y si no tiempo al tiempo. PS.en Cuba se comen chancletas de playa rebozadas vuelta y vuelta con un cacho pan medio seco como si fuera una hamburguesa 🍔. Umm una delicia comunista.
Ya empiezan con la ventana de overton. Objetivo destruir la cultura como sea.
Ahora prohíben los toros y las matances, después prohibirán el trot, la venta de zapatos de piel y la leche de vaca. Y si no, al tiempo.
Entre la catalanización y ahora esto, no quedará ni rastro de nuestra cultura!!
miguelLos que queremos mantener las tradiciones somos los que no vendemos las tierras a los extranjeros así que comediiaaaa sa teva que no saps que dius
Una vez vendidas las tierras a los extranjeros, ahora queréis conservar las tradiciones? COMMMEDIA
Se supone que la fiesta del cordero que celebran los musulmanes tambien estara peligro de no celebrarse o acso solo se deben prohibir "LO NOSTRO " estos inutiles del gobierno parece se que solo odian lo de aqui, la lengua la cultura, y en general todas nuestras idiosincracias propias vergonzoso