Además, el 13,1% presentaba dificultad para hacer frente a gastos necesarios y usuales, y el 26,9%, cierta dificultad.
Además, los datos publicados por el INE revelan que el 6,9% de la población de Baleares sufre carencia material severa, un porcentaje que el año previo a la crisis del COVID, era del 2,9%.
Se considera que un hogar está en situación de carencia severa si le faltan al menos cuatro de los nueve conceptos estudiados, que miden aspectos como no poder permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, no poder permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada, tener retrasos en el pago de la vivienda o no poder disponer de aparatos como una lavadora, entre otros.
El 36,6% de los hogares no tiene capacidad para hacer frente a gastos económicos imprevistos, porcentaje que en 2019 era del 28,7%.
Asimismo, el 23% de la población vive en hogares con deficiencias en la vivienda, porcentaje que también aumenta respecto a 2019 (15,3%). Esto incluye problemas estructurales --como goteras, humedades--, de espacio, no disponer de luz o climatización, etc.
El 9,7% vive en viviendas sobreocupadas, y el 10,3% reside en hogares en los que los gastos totales en la vivienda suponen una carga elevada, al menos el 40% de la renta disponible total del hogar (sin subvenciones).
La renta media de la población se situó en 18.787 euros anuales, 18.363 si se realiza la mediana; en ambos casos es superior a la de 2019. La tasa de riesgo de pobreza fue del 14,6%, según umbral fijo de 2008.
En cuanto al empleo, entre otros parámetros, los datos del INE reflejan que en Baleares la mitad (49,9%) del empleo a tiempo parcial es involuntario: personas que trabajan a tiempo parcial porque no encuentran un trabajo a tiempo completo. Es un porcentaje que también ha subido en comparación con 2019.
Igualmente, el 9,7% del total de asalariados en Baleares gana salarios bajos (que no supera los dos tercios del salario bruto por hora mediano). En cuanto a las jornadas largas, el 37,7% hace jornadas de 40 a 48 horas; y un 5,7% supera las 49 horas.
En materia de salud, otro dato relevante recogido en esta estadística es que un 0,6% de la población no accedió a asistencia médica habiéndolo necesitado. Aunque en 2017 y 2018 este porcentaje fue de 0,0% en Baleares, se aprecia un notable incremento entre 2019 y 2020, año marcado por la crisis sanitaria del coronavirus.
Los datos del INE también recogen la valoración subjetiva de los entrevistados de las diferentes dimensiones que componen su calidad de vida. Así, los baleares puntúan con 6,8 puntos sobre 10 la situación económica de su hogar; con un 7,6 su grado de satisfacción con el trabajo; 6,7 la satisfacción con el tiempo de ocio disponible para hacer lo que a uno le gusta; y un 8,2 la satisfacción con su vida en la actualidad.
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