David Vilamosa, director de los centros de jardinería Fronda, asegura que las tendencias se siguen manteniendo y, como todos los años, el crisantemo es la planta más vendida «con mucha diferencia». Es habitual ver en los cementerios esta flor, que proviene de Asia y del norte de Europa, ya que su floración natural se produce a finales de otoño y muchos compradores las adquieren cuando todavía no están abiertas para que se mantengan en buen estado durante más tiempo. Su precio durante esto días festivos oscila entre los 9 y 12 euros por maceta.
En este mismo sentido, Carolina Mora, copropietaria del centro de jardinería Edeen, también cree que el crisantemo sigue siendo la estrella, aunque apunta que el «ciclamen va ganando terreno». «Es una costumbre muy arraigada y las tradiciones se mantienen. En cuanto a las flores lo que más se vende son rosas, claveles y gladiolas, los más atrevidos optan por más variedad de colores», añade.
A pesar de que este año no habrá limitaciones de aforo en los cementerios, los floristas afrontan la campaña con cierta incertidumbre. «El año pasado marcó un antes y un después, mucha gente que no fue habrá perdido la costumbre. El panorama es todavía más incierto que el año pasado que, a pesar de las restricciones, todo el mundo estaba en la Isla, este año cae en puente y la gente tiene muchas ganas de salir», asegura Lourdes Miralles, propietaria de la floristería Flor i Passió de Inca.
Menos pesimista se muestra Vilamosa que espera una campaña «mucho mejor que la de 2020». En este sentido, Miguel Fornés, de Fornés Grup, considera que hay muchas incertezas que hacen muy difícil saber «cual será la oferta y la demanda».
Además de la incertidumbre por las restricciones, los floristas han tenido que hacer frente a problemas de abastecimiento y encarecimientos del producto debido a los estragos que ha causado la pandemia en los países exportadores, principalmente en Ecuador, Colombia y Holanda. El cierre del mercado asiático anticipó las pérdidas en los dos países andinos que ostentan el segundo y tercer lugar como mayores productores de flores naturales del planeta, después de Holanda. Colombia exporta al año 260.000 toneladas de flores que suponen una entrada de divisas para la economía nacional de 1.280 millones de euros. El 92 % de ellas se transportan por vía aérea y el 8 % restante por vía marítima.
Aunque reconocen que ha sido una campaña «difícil y llena de dudas», aseguran que el suministro para estos días está más que garantizado. «Nos hemos visto muy afectados por la falta de la rosa que llega de Ecuador, ha habido muchos retrasos en las entregas», reconoce Vilamosa. Por su parte, Mora apunta también a problemas con el transporte además de los que ha habido con los productores. «Los retrasos con el transporte ha provocado que el suministro haya sido muy diferente a otros años, se han hecho entregas a destiempo», añade.
A pesar de los problemas, garantizan el abastecimiento de sus productos no solo en estas fechas sino también de cara a Navidad. Desde Fornés Grup, uno de los principales mayoristas de la Isla, afirman que «toda la mercancía que se ha recibido de Ecuador y Colombia ha llegado en buen estado» y han recibido estos días alrededor de 200.000 rosas blancas y rojas. Para facilitar la tarea a los compradores y evitar aglomeraciones, algunos centros de floristería de Palma, como los de Fronda, ofrecen a los clientes envíos a domicilio, la recogida en tienda del pedido y descuentos para aquellos que hacen reservas anticipadas. Por su parte, en el centro de jardinería Edeen reforzarán los turnos del personal durante todo el puente para ofrecer un servicio personalizado y evitar colas.
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