«Mucha, muchísima gente lo sufre en silencio, lo esconde y ni siquiera sabe que es un problema médico y que puede pedir ayuda». Bajo la premisa de romper los tabúes y dar voz al problema, Marga Garcies, una joven palmesana de 23 años, se abre en un esfuerzo sin precedentes a contra su experiencia, tras diez años bajo el yugo del Trastorno por atracón. Todo para dar voz a las miles de personas que, incluso sin saberlo, sufren en silencio sus consecuencias.
Con una década a sus espaldas -casi la mitad de su vida-, hace solo un mes que Marga ha confesado públicamente el trastorno. «Es una situación que se vive con mucha vergüenza y sobre la que pesan aún hoy muchos tabúes».
Un parche emocional
El detonante del atracón difiere en cada caso, pero en la mayoría se debe a un mal manejo de la ansiedad y de problemas emocionales. «Estás solo, te sientes agobiado y la ansiedad te puede. Tienes que tirar por alguna vía y, al final, acabas recurriendo a la comida».
En estas situaciones, Marga recurría a la despensa o acudía al supermercado. «Me compraba la mitad del súper. Arramblaba con la comida basura: patatillas, galletas, chocolate ... lo que pillaba. Dulce o salado, daba igual».
Con todo esto volvía a casa y se pegaba el atracón sola en su habitación, viendo una película. «Podía pasarme toda la película comiendo». Una situación que se repetía hasta cada dos días en el punto álgido del trastorno.
«Comiendo te calmas. Desconectas y no piensas en tus problemas». Sin embargo, la calma es efímera, porque el sentimiento de culpa resurge a los pocos minutos: «Sabes que no lo tendrías que haber hecho y te avergüenzas de ti mismo. Sabes que no es bueno para ti, pero dices: ‘Es mi única vía de escape' y te abandonas».
Este proceso acaba estableciéndose en un patrón y la comida deviene el parche perfecto para solucionar cualquier malestar emocional. «Se acaba volviendo una adicción. La mayoría se engaña y piensa que lo puede dejar cuando quiera. Pero no. Es un círculo vicioso. Te vuelves un esclavo de la comida», sentencia Marga.
«Buscas cosas que hacer solo. Y una de ellas es comer»
Hace hincapié en el sentimiento de soledad y vacío que tanto caracteriza este trastorno: «Al final, si te sientes solo buscas cosas que hacer solo. Y una de ellas es comer».
«Si necesitas cada noche pegarte un atracón de comida es un problema serio. No es simplemente que te guste comer. Hay algo que falla en el plano emocional y hay que buscar ayuda».
Recuperar el amor propio y liberarse del «fantasma»
Marga es un ejemplo de que, aunque parezca imposible a alguien atrapado en mitad del círculo vicioso de atracones, salir del trastorno es posible.
Esta joven palmesana asegura, además, haber salido reforzada: superarlo le ha enseñado a quererse más a sí misma: «Antes sentía que si no tenía una talla 36 no podía quererme y no tenía derecho a que me quisieran».
Un planteamiento que, tras empezar un proceso de recuperación, basado en el amor propio ha dado un giro de 180 grados: «Cuando te quieres, tu prioridad es cuidarte y te da igual la talla o el peso. Aprendes a aceptarte y a sentirte una igual».
Médicos y pacientes ya recuperados coinciden en los mismo. Lo principal es identificar el trastorno y pedir ayuda y acudir al médico de cabecera de Atención Primaria. Es el primer paso para liberarse del «fantasma» y recuperar una relación sana con la comida, con la que disfrutar y volver a quererse.
A todos los que tienen este problema u otro trastorno que cueste controlar: cuando tengáis ganas, con un poco de fuerza de voluntad, haced otra cosa para distraer la mente. Sugiero: salir a pasear, ir de excursión, hacer flexiones, una ducha fría, ir a nadar,llamar a un amigo para que te cuente su vida, limpiar el piso, etc, etc, etc. Funciona si le pones ganas.
FilosofoEs fácil hablar cuando no se sufre, ya iva siendo hora que se diese voz a este tipo de transtornos.
Llevo años sufriendolo, siendo consciente de que lo que hago mal, pero lo hago xq la angustia y el ansia por comerlo es más fuerte que el no.
He llegado a provocarme el vómito, me a subido la tensión, el colesterol, el peso, etc...
Mi doctora de cabecera es consciente desde hace años y al ver que no me hacía caso cambie de médico y este más de lo mismo.
FilosofoYo tengo un trastorno de estos. Y actualmente tengo diabetes a raíz de estar comiendo tartas, cenando tartas. Y ahora que tengo diabetes, a pesar de que tener el azúcar alto, destruye los nervios de mi cuerpo, provocando insensibilidad, ceguera, problemas de movilidad, etc. sigo pegándome atracones, de pan, cereales con leche, lasaña, pizza. Es un suicidio a medio plazo. Y que no soy capaz de evitar. Y no me administro insulina. Porque me hace engordar. En fin ... sí en África no tienen esos problemas. Usted no tiene esos problemas. Pero yo sí. Y si es cuestión de dejar que las cosas vayan por su camino, pues ... la cosa acabará como tenga que acabar. No voy a lamentarme de lo que según usted son mis decisiones, y no actos irracionales provocados por un problema psicológico. Yo lo veo como usted : es mi decisión y mi responsabilidad. Hasta el final.
Ojo : Voy a terapia psicológica pero por problemas adicionales anteriores a la diabetes.
FilosofoPara ser filósofo (lleva tilde), no piensa Ud. mucho. Estos trastornos surgen según las circunstancias. Obviamente en África al haber déficit alimentario y llevar otro ritmo de vida no se da este tipo de enfermedades. Igual que no sé cuál es el nivel de estrés allí. Si dice que esto se lo inventa la gente (bastante grave lo que dice), no tiene ni idea de lo que habla. Le doy un consejo: no hable si no va a aportar nada.
Yo solo digo que todas estos trastornos no existen en áfrica. Demasiado bien vivimos y tenemos que inventarnos tics, tocs y demas problemillas "graves".
Lo que vienen llamándose "problemas del primer mundo", vamos.
7 comentarios
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FilosofoNo se puede ser más inhumano, te has lucido "Socrates"
A todos los que tienen este problema u otro trastorno que cueste controlar: cuando tengáis ganas, con un poco de fuerza de voluntad, haced otra cosa para distraer la mente. Sugiero: salir a pasear, ir de excursión, hacer flexiones, una ducha fría, ir a nadar,llamar a un amigo para que te cuente su vida, limpiar el piso, etc, etc, etc. Funciona si le pones ganas.
FilosofoEs fácil hablar cuando no se sufre, ya iva siendo hora que se diese voz a este tipo de transtornos. Llevo años sufriendolo, siendo consciente de que lo que hago mal, pero lo hago xq la angustia y el ansia por comerlo es más fuerte que el no. He llegado a provocarme el vómito, me a subido la tensión, el colesterol, el peso, etc... Mi doctora de cabecera es consciente desde hace años y al ver que no me hacía caso cambie de médico y este más de lo mismo.
FilosofoYo tengo un trastorno de estos. Y actualmente tengo diabetes a raíz de estar comiendo tartas, cenando tartas. Y ahora que tengo diabetes, a pesar de que tener el azúcar alto, destruye los nervios de mi cuerpo, provocando insensibilidad, ceguera, problemas de movilidad, etc. sigo pegándome atracones, de pan, cereales con leche, lasaña, pizza. Es un suicidio a medio plazo. Y que no soy capaz de evitar. Y no me administro insulina. Porque me hace engordar. En fin ... sí en África no tienen esos problemas. Usted no tiene esos problemas. Pero yo sí. Y si es cuestión de dejar que las cosas vayan por su camino, pues ... la cosa acabará como tenga que acabar. No voy a lamentarme de lo que según usted son mis decisiones, y no actos irracionales provocados por un problema psicológico. Yo lo veo como usted : es mi decisión y mi responsabilidad. Hasta el final. Ojo : Voy a terapia psicológica pero por problemas adicionales anteriores a la diabetes.
FilosofoPara ser filósofo (lleva tilde), no piensa Ud. mucho. Estos trastornos surgen según las circunstancias. Obviamente en África al haber déficit alimentario y llevar otro ritmo de vida no se da este tipo de enfermedades. Igual que no sé cuál es el nivel de estrés allí. Si dice que esto se lo inventa la gente (bastante grave lo que dice), no tiene ni idea de lo que habla. Le doy un consejo: no hable si no va a aportar nada.
Yo solo digo que todas estos trastornos no existen en áfrica. Demasiado bien vivimos y tenemos que inventarnos tics, tocs y demas problemillas "graves". Lo que vienen llamándose "problemas del primer mundo", vamos.