El Govern presentó ayer el proyecto CiCHLO, pionero a nivel mundial, que permitirá a las Islas disponer de su propia planta de producción industrial y sostenible de productos químicos, a partir de la transformación de un residuo perjudicial para el ecosistema marino, como es la salmuera de la desalación. El proyecto está a incluido en el Pla Estratègic d'Inversions 2030, a fin de obtener de forma local y sostenible los principales agentes activos de uso cotidiano empleados en la desinfección de aguas y superficies.
Gracias a esta planta, se transformará la salmuera procedente de la desaladora de Palma en hipoclorito sódico, ácido clorhídrico, sosa cáustica, carbonato sódico e hidrógeno, productos que ahora se importan en su totalidad. Además, la planta contempla la autoproducción energética a través de una planta fotovoltaica que, junto con la implantación de un captador de CO2, evitará el consumo de energías fósiles y reducirá las emisiones.
El vicepresident y conseller de Transició Energètica, Juan Pedro Yllanes, explicó que «este proyecto generará más de 80 puestos de trabajo -21 directos y 60 indirectos- y más de 65 en la ejecución. A través de una colaboración público-privada, se evitará el vertido de 210.000 metros cúbicos al año de salmuera en el ecosistema marino, se reducirán más de 25.000 toneladas de CO2 procedentes del transporte marítimo y se ahorrarán más de 17,5 millones de euros».
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