En la educación los protocolos no están del todo pulidos y las bajas de docentes enfermos complican una realidad que es diferente a la que dejaron alumnos y profesores para irse de vacaciones. | Efe

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Precios de test regulados, autorrastreo o sistema de bajas laborales descentralizado son algunos de los términos y conceptos que la sexta ola de coronavirus se ha propuesto poner de moda. El panorama ha cambiado diametralmente con respecto al inicio de la pandemia desde la llegada de la variante ómicron. Parte de lo que para entonces servía hoy ha quedado superado por la evidencia o la necesidad. ¿Qué novedades destacadas han producido un cambio en los protocolos y cuáles son las formas de combatir el virus a día de hoy?

El autodiagnóstico es lo que manda ahora con una explosión de contagios de coronavirus desatada que ha disparado las infecciones en Mallorca, en el conjunto de Baleares y en el resto de España hasta niveles nunca vistos anteriormente. Ante la nueva realidad Salut puso en marcha a finales de diciembre una herramienta online para agilizar el seguimiento de contactos estrechos. Así la Central de Coordinación COVID-19 notifica a cada caso el resultado positivo de la prueba diagnóstica, y con el mismo mensaje transmite un enlace a la herramienta de autorrastreo para reenviarlo a los posibles contactos estrechos –consulte aquí el protocolo actual de rastreo de contactos estrechos–.

El autorrastreo como práctica fundamental para detener el avance de las infecciones contiene un componente esencial. Los test de diagnóstico de coronavirus, sobre los cuales el Gobierno ha impuesto un precio reglado como tienen las mascarillas, son la herramienta básica con la que actuar en esta sexta ola del nuevo coronavirus donde ómicron ha cobrado todo el protagonismo. Su popularidad ya se ha visto en fechas anteriores. Recordemos que en los días que rodearon a las fiestas de Navidad sus existencias se agotaron en muchos establecimientos farmacéuticos de las Islas porque muchos prefirieron realizarse un test antes de según qué encuentros sociales o familiares. El experto en Salud Pública Joan Carles March escribía en sus líneas especializadas en Ultima Hora que son los tiempos de los «test de antígenos para todo. Esa es la vida de los test en este momento».

Lo que marca la actualidad concreta es también la vuelta al colegio tras las vacaciones de Navidad, un momento en el que se instala en el ámbito educativo una nueva forma de encarar la lucha contra la enfermedad, inédita hasta esta sexta ola de coronavirus. Los protocolos no estaban del todo pulidos al reiniciarse la actividad en las escuelas y las bajas de docentes enfermos han complicado una realidad que es diferente a la que dejaron alumnos y profesores para irse de vacaciones: ahora las aulas no detienen su actividad hasta que se registren cinco casos positivos.

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Asimismo, los contactos estrechos en Infantil y Primaria no harán cuarentena ni se les realizará prueba diagnóstica. El alumnado y profesorado con síntomas no tiene que acudir al centro educativo hasta tener el resultado negativo. En consecuencia y al contrario de como sucedía hasta ahora, no todos los alumnos del grupo deberán descartar con una prueba diagnóstica que están infectados al notificarse el contagio de un compañero. Y es que de cada vez son más los alumnos vacunados e inmunizados en las aulas, a pesar de que a escasos días del arranque Baleares marcara los peores registros de administración de dosis del Estado en esta franja. Estas medidas, que persiguen garantizar la presencialidad en los centros, dictan la máxima de que si no hay brote no se cuarentena. Además, sólo se llamará para hacer una prueba diagnóstica a los niños más vulnerables, no a toda la clase como se venía haciendo.

El alud de bajas laborales provocadas por ómicron demandan cambios de gestión de este trámite, cuyo incremento el pasado diciembre fue del 270 % en Baleares con casi 7.300 bajas, algunas de ellas entre profesionales del sector sanitario. Al parecer no todo lo soluciona la reducción de los días de cuarentena, establecido en siete. A este respecto la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) ha alertado del colapso de la Atención Primaria, algo de lo que ha alertado el Col·legi Oficial de Metges balear y que se podría revertir a través de un mecanismo por el que se tramitaran simultáneamente los partes de baja y de alta en un solo acto médico, con una duración de siete días. Así solo deberían contactar con el centro de salud los trabajadores que no se hayan recuperado en ese tiempo. De momento ningún cambio se ha producido en este sentido.

A medida que avanza enero se incrementan las opiniones en el seno de la profesión facultativa de que la evolución de la pandemia de COVID debe tratarse de forma similar a como se trata una gripe. Algunos han utilizado el término ‘gripalizar' el virus. El propio presidente Pedro Sánchez apuntó a ese cambio en la estrategia de lucha contra el coronavirus en una entrevista en la Cadena Ser. Este hecho en el que el ejecutivo lleva un tiempo trabajando ha de hacerse «con precaución y poco a poco», dijo. En respuesta, Pablo Casado ya lo ha tachado de prematuro y aventurado, a pesar de que Sánchez remarcara que no es un plan a desarrollar a corto plazo.

Sánchez también anticipó la compra de cientos de miles de retrovirales de Pfizer. No obstante la mayoría de especialistas, como el propio March e incluso la OMS, llaman a echar el freno y no querer correr demasiado en este cambio de paradigma de lucha contra la enfermedad. Temen que no sea el momento, que la actual situación de colapso de la sanidad y la multiplicación exponencial de positivos deparen un nuevo e imprevisto golpe de timón en la pandemia, a través de una nueva variante de la enfermedad entrando en escena y cambiando por completo el escenario en el momento más inesperado. Otra vez.