Según datos facilitados ahora por el Govern, la inversión total en este espacio será de diez millones de euros. El proyecto no sólo plantea un cambio de modelo sanitario, sino que quiere introducir un recinto históricamente segregado en el plano abierto de la ciudad. Hasta ahora se han invertido cuatro de los diez millones de euros en la reforma integral de la unidad de larga estancia Alfàbia, y la de estancia media, Lluerna. Además se han adecuado las instalaciones de climatización de la Unidad del Psicogeriátrico donde se ha rehabilitado la fachada, la estructura y el club social.
Las actuaciones realizadas hasta el momento han ayudado a recuperar edificios e infraestructuras para los pacientes pero todavía queda obra pendiente. Comienza ahora la segunda parte de la transformación, que será más visible para la población. El pasado mes de septiembre se licitaron las obras y a partir de abril toca ejecutarlas: mejora de instalaciones, saneamientos, derrumbe del edificio de la coladuría y rehabilitación paisajística, y obertura del recinto a la ciudad en la parte del Parc de sa Riera.
Las obras durarán un año y medio y costarán poco más de seis millones de euros. Salut destaca al respecto que la pandemia no ha podido con este proyecto, pues ni las obras, ni tampoco el proceso se han visto interrumpidos. Paralelamente a esta rehabilitación debe empezar la construcción de un nuevo centro de salud, el de Bons Aires, el más ambicioso de los nueve proyectados para este año. Como se recordará, sin embargo, la justicia los ha paralizado al admitir a trámite un recurso de las pequeñas y medianas empresas (Pimem) por haber licitado tantas obras (nueve) en un único lote.
S'Escorxador
El centro de Bons Aires se pensó para acoger las tarjetas sanitarias destinadas a s'Escorxador, cuyo centro de salud tenía que cerrar, así como los de Camp Redó durante el tiempo en que se rehabilitase la infraestructura. Sin embargo, el Ajuntament de Palma ofreció a Salut poder mantener la instalación sanitaria dentro de s'Escorxador sin coste alguno, así la nueva dependencia del Psiquiátrico podrá repartir mejor las tarjetas sanitarias entre los residentes de la zona.
La urbanización del recinto entero se planteó con el ánimo de integrar en un único espacio, de más de 86.000 metros cuadrados, diferentes proyectos sanitarios y a su vez realizar una ejecución coherente y unitaria que además pueda mejorar el entorno.
El apunte
La reforma también quiere ser asistencial
1 comentario
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Dotar a la ciudad de espacios, y dejar que se autorregulen, por arte de magia, pues no sé... Se necesita limpieza, vigilancia, orden, y no veo mucho gasto en estas partidas, en lo que ya tiene la ciudad. A ver si va a convertirse en un botellodromo, o un sitio donde la indigencia se haga suyo el entorno. Ya pasa todo esto en más lugares, pero queda muy bonito lo de "abrir la ciudad", como si fuera una prisión.