José María Sánchez sosteniendo el libro. | M. À. Cañellas

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Hay dos grietas en la vida de José María Sánchez (Palma, 1992): la epilepsia y la depresión. La primera le llegó siendo todavía un niño. La segunda, en la adolescencia. La etapa adulta le pilló por sorpresa, se sentía desnudo. Los pasos que dio los hizo en silencio para los suyos, pero hubo tres amigos y una formación profesional que le sacaron de sus demonios mentales. Desde el año 2019 tuvo el empuje de escribir para sacar todo y contar una de las etapas más duras de su vida que se desarrolló entre 2008 y 2010.

José María Sánchez, que se graduó en Periodismo por el CESAG, acaba de publicar Despertar. Memorias de un joven epiléptico (Ginko Biloba). Son dos volúmenes que resumen no solo su complicado camino, sino sus experiencias vitales, miedos, inseguridades, enfermedades y felicidad. Lo cuenta en primera persona pero desde el prisma de Matías, un personaje ficticio que no deja de ser él mismo. Presentará la novela el día 2 de abril en la librería Ínsula Literària, de Palma, a las 12.00 horas. El primer volumen se divide en dos etapas. Aquí, el autor resalta cuando apenas tenía 15 años y las crisis por epilepsia eran más repetitivas, aunque no tan fuertes. «Esto, al final, era incluso peor porque me dejaba mucho más cansado y afectó también a mi estado mental». Hay recuerdos en el instituto, con amigos de la infancia e incluso tintes musicales, de cine o de política, aficiones del propio autor.

Adolescencia

La adolescencia marcó un antes y un después. «A veces me pregunto cómo hubiera sido mi vida si no me hubiera tocado ni la epilepsia ni la depresión», reflexiona. E insiste: «La adolescencia es una etapa muy frágil donde tienes las ideas menos claras. Es una inestabilidad tan grande que a mí me afectó más de lo que creo». En las primeras 285 páginas del primer volumen, este joven avanza sus problemas más personales, aunque no los desarrolla hasta el segundo libro, que lo divide en dos capítulos a su vez. «La novela no es cronológica. Si lo hubiera hecho, escribiendo primero lo bien que he estado y luego lo malo, hubiese perdido misterio», defiende.

José María Sánchez terminó de publicar ambos libros el pasado febrero. Reconoce que cuenta cosas que muy poca gente sabe. «Mi familia podía intuir lo que me pasó, pero casi ninguno se atrevería a decir que yo estaba deprimido porque no lo sabían. A algunas personas, al leer el libro, les chocó, incluso se sintieron mal por no haberse dado cuenta». La novela rinde homenaje a los amigos que le acompañaron en su catarsis. De esos años también extrae cosas positivas y mucho aprendizaje. «Hay gente a la que cito –con nombres ficticios– que si leyera el libro, se sorprendería de que fueron toda una influencia positiva para mí».