Lia Amengual y Xisca Monserrat, durante el ensayo de la obra en su casa. | Pere Bota

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«De lo que no se habla, no existe». Con esta idea parte el microteatro titulado Noves Santes de Xisca Monserrat y Lia Amengual, amigas y trabajadoras sociales, que pone luz sobre una profesión apagada durante la pandemia. Este es el sentimiento que siente el sector y que el próximo viernes, 6 de mayo, lo llevarán a escena a Ses Cases des Mestres (Santa Maria).

«Nadie nos ha preguntado cómo estábamos, tampoco nos han aplaudido y hemos estado en primera línea durante la pandemia», sostiene Xisca Monserrat. La creación de esta pieza corta, cuya idea se gestó en una cata de vinos, les ha servido a ambas de terapia y reflexión, y para sacar a la luz sentimientos y la realidad de su profesión. «La obra habla del mundo profesional pero también lo entremezclamos con el aspecto personal y cómo nos hemos sentido». El título, Noves Santes, pone etiqueta a estos profesionales. Con esto, Monserrat explica que «nos dicen que este gremio es vocacional y por eso debemos asumir más aspectos o urgencias. Pero acabamos convirtiéndonos en hermanitas de la caridad».

Cartel de la obra que se representará en Ses Cases des Mestres en Santa Maria.

Estructura

La pieza teatral se divide en cuatro etapas a modo de crítica a las cuatro fases de la beatificación de una persona para ser santa. En este sentido, el dilema que plantea es «si deberíamos beatificar a los trabajadores sociales, porque somos unos santos, o no». El Colegio de Trabajadores Sociales de Balears apoya esta iniciativa artística. Su presidenta, Carolina Rosselló, habla claro cuando tilda de «invisibles» a su sector. «Somos esenciales pero, a la hora de reconocer este trabajo, parece que no existimos». Asimismo, destaca el estigma que siguen sufriendo y la imagen que se les da.

En la pandemia, Rosselló recuerda que pasaron de tener una labor más asistencial en la que asumieron un mayor número de trabajo. De hecho, Benestar Social de Cort llevó a cabo un nuevo modelo de atención social debido al incremento de solicitudes diarias. «Más del 80 % de las personas acudían a la administración por carencias económicas, dejando de lado el diagnóstico social que se necesita».