Palma tendrá este verano tres playas con bandera azul, según ha anunciado este miércoles la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), promotora de la iniciativa que reconoce el buen estado de las aguas, el alto nivel de los servicios playeros y la seguridad que ofrecen a los bañistas. Concretamente las que contarán con este sello en Ciutat serán Cala Estància, Cala Major y la Playa de Palma (s'Arenal), además de otras en otros puntos de la Isla que puede consultar aquí el listado. A continuación te contamos los servicios que puedes encontrar en cada una de ellas:
Cala Estància
Cala Estància está a once kilómetros al este de Palma, situada entre Caló de Son Caios y el Club Marítim Sant Antoni de la Platja. Está playa se halla plenamente integrada en la urbanización bautizada con el mismo nombre de este arenal, cuyos límites se mezclan con la cercana zona residencial y turística de Can Pastilla, siendo imperceptible para el visitante donde empieza y acaba cada una de estas áreas. Junto a este arenal aparecen los primeros complejos hoteleros destinados al turismo de masas, característico de este tramo del litoral palmesano. Esta amplia playa es de arena blanca fina. Unos espigones a ambos lados dirigen la llegada del mar hacia la orilla y convierten Cala Estància en una especie de piscina natural, con una profundidad que nunca rebasa los tres metros de altura y con una pendiente muy escasa. El acceso por carretera es sencillo siguiendo la señalización viaria. El estacionamiento gratuito es escaso por lo que se recomienda el uso del transporte público, puesto que el autobús para a 100 metros de distancia. Su situación en las puertas de sArenal, la playa de mayor extensión de Mallorca, hace que tenga una afluencia masiva de turistas y que haya mucha dificultad para encontrar un hueco donde extender la toalla durante la temporada estival. A su vez, los bañistas comparten las aguas de Cala Estància con numerosas barquitas fondeadas. Su espigón oriental sirve de frontera con la instalación portuaria más próxima a este arenal, el Club Marítim Sant Antoni de la Platja.
Cala Major está a cuatro kilómetros al oeste de Palma, muy cerca del palacio de Marivent, de estilo regionalista, residencia estival de la Familia Real Española, levantado entre los acantilados de Porto Pi y Cala Major. Otro punto de referencia de esta barriada turístico urbana es la Fundació Pilar i Joan Miró, construida en la finca de Son Boter, donde Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma, 1983), figura mundial de la pintura surrealista, desarrolló parte de su obra más significativa. Esta playa sufrió a finales del siglo XX una regeneración artificial para recuperar su imagen y uso mediante la incorporación de toneladas de arena, aunque se mantuvo su roquedo natural. Un pequeño espigón, utilizado como solarium, secciona en dos partes Cala Major. Su cercanía a Palma hace que sea una playa urbana de afluencia masiva de bañistas locales y turistas. El aparcamiento para vehículos particulares está tarifado y la parada de autobús más próxima se encuentra a un centenar de metros. Este arenal está resguardado de los vientos del este por el acantilado vertical del palacio de Marivent, y del aire del oeste por la gran fachada formada por los hoteles que llegan hasta la misma arena. Las características del fondo marino de esta playa, arena a una profundidad de cinco metros, permite el calado de embarcaciones. La proximidad del palacio real prohíbe el fondeo de cualquier tipo de barco por razones de seguridad. A media milla marina se localiza la instalación marítima más cercana, la Escola Nacional de Vela de Calanova.
Platja de Palma
Platja de Palma es la porción de costa de mayores dimensiones de la capital del archipiélago balear (4,6 kilómetros de longitud, divididos en 15 balnearios), situada a 14 kilómetros al este de esta localidad, aunque su último tramo pertenece al municipio de Llucmajor. El nombre de Platja de Palma fue establecido por la sociedad Mar de Mallorca que se encargaba de la explotación de la playa (hamacas, sombrillas, bares y chiringuitos) para unificar bajo una denominación a Cala Estància, Can Pastilla y sArenal. Su costa es de arena fina y presenta muy poco desnivel, facilitando el baño a los más pequeños. Su instalación portuaria más cercana es el Club Nàutic sArenal, a 2,5 millas marinas de su vertiente occidental. SArenal sufrió la destrucción de la vegetación propia del ecosistema dunar que retiene la arena, desapareciendo casi por completo el año 1989. Para su recuperación se reintrodujeron más de 400.000 toneladas de arena que han dado lugar a sus espectaculares dimensiones actuales. Paralelo a la costa se levanta la mayor concentración hotelera de Mallorca y de las más importantes del Mediterráneo. Entre 1960 y 1968 se edificaron la mayoría de los hoteles y su primera línea se remodeló a finales del siglo XX, construyéndose un paseo marítimo con palmeras y limitándose el tráfico rodado. Este arenal es el máximo exponente en Mallorca del turismo de masas, como corrobora su altísima ocupación, mezclándose el apiñamiento de miles de turistas con los residentes que habitan en sus segundas viviendas y los palmesanos que se desplazan hasta aquí. El acceso por carretera es sencillo, aunque el aparcamiento cercano a la costa es inexistente. Por esta razón, se recomienda el uso del transporte público, puesto que la parada de autobús más próxima se encuentra a 50 metros.
Baleares cuenta este verano con 30 playas distinguidas con bandera azul, frente a las 31 del año pasado, de las que 23 están en Mallorca (21 el año pasado), 3 en Menorca (las mismas) y 4 en Ibiza (3 menos). Las playas de Mallorca distinguidas este año por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) son Cala Ferrera, Cala Marçal, Cala Sa Nau, y Porto Colom (Platja S'Arenal), en Felanitx; la playa de Muro; Cala Estància, Cala Major y la Playa de Palma (en Palma); Cala Barques y Cala Molins (Pollença); Cala Millor (Cala Nau) y Sa Coma (Sant Llorenç); Can Picafort, Son Bauló y Son Serra (Santa Margalida); Cala Gran, Cala Llombards, Cala Mondragó (Sa Font de n'Alís), Cala Santanyí y S'Amarador (en Santanyí); Es Dolç (Ses Salines) y Cala Millor y Es Ribell (en Son Servera)
Me parece percibir cierta tendencia en los destinos con más atractivos naturales a renunciar a las banderas azules de sus playas en pro de los sistemas de gestión ISO 14001 o EMAS. Las playas con connotaciones más naturales es más dificil que obtengan las banderas azules, porque no siempre cumplen los criterios de servicios que son más avituales en playas de turismo de masas, con litorales muy urbanizados y con menor atractivo paisajístico. Si la tendencia es lo que parece, la bandera azul pudiera estar reduciéndose al reconocimiento a la calidad artificial al que solo van a querer aspirar aquellas playas más urbanizadas, que han perdido parte del atractivo propio de un espacio natural y, si es así, los destinos con mayor valor paisajístico van a empezar a querer diferenciarse, y lo harán precisamente renunciando para distanciarse de ese reconocimiento "artificial", que además les supone un coste y una traba burocrática. Las banderas azules aportan a las costas españolas una clara ventaja competitiva a nivel mundial que de ninguna manera nos deberíamos permitir perderla. Creo que la administración debería empezar poner en marcha planes para incentivar que los destinos aspiren a ambos.
Llevo toda la vida viviendo en Cala Estancia,el agua de la playa se vuelve verde oscura nada más estar llena de gente,fondo plagado de algas,en fin....
5 comentarios
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Me parece percibir cierta tendencia en los destinos con más atractivos naturales a renunciar a las banderas azules de sus playas en pro de los sistemas de gestión ISO 14001 o EMAS. Las playas con connotaciones más naturales es más dificil que obtengan las banderas azules, porque no siempre cumplen los criterios de servicios que son más avituales en playas de turismo de masas, con litorales muy urbanizados y con menor atractivo paisajístico. Si la tendencia es lo que parece, la bandera azul pudiera estar reduciéndose al reconocimiento a la calidad artificial al que solo van a querer aspirar aquellas playas más urbanizadas, que han perdido parte del atractivo propio de un espacio natural y, si es así, los destinos con mayor valor paisajístico van a empezar a querer diferenciarse, y lo harán precisamente renunciando para distanciarse de ese reconocimiento "artificial", que además les supone un coste y una traba burocrática. Las banderas azules aportan a las costas españolas una clara ventaja competitiva a nivel mundial que de ninguna manera nos deberíamos permitir perderla. Creo que la administración debería empezar poner en marcha planes para incentivar que los destinos aspiren a ambos.
En todo Baleares sólo 30 playas con bandera azul? Y esto es el paraíso...
Si es para propaganda turística vale, pero la Playa de Palma, no diré toda, pero en muchos tramos deja mucho que desear.
Llevo toda la vida viviendo en Cala Estancia,el agua de la playa se vuelve verde oscura nada más estar llena de gente,fondo plagado de algas,en fin....