Francina Armengol, presidenta del Govern balear. | Youtube Ultima Hora

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Acaba de presidir el pasado jueves una reunión extraordinaria de su Govern en el Castell de Bellver cuando se cumplen tres años de las pasadas elecciones y queda uno para las próximas. Hace un hueco en su agenda –que incluye un viaje a Argentina la próxima semana después de que el Parlament apruebe la ley turística– y conversa con este diario.

Imagine: hemos viajado al futuro y se han celebrado las elecciones de 2023. ¿Cómo valora el resultado?

—Espero que volvamos a ganar y que sea otra noche electoral de esas fantásticas e inolvidables.

¿Ha sido el PSIB el más votado y aspira a gobernar en solitario?

—Para lo que yo trabajo es para que el PSIB sea la primera fuerza en Baleares. Llevamos siete años gobernando en coalición y funciona.

¿El PP no puede gobernar?

—El PP tendrá que gobernar con Vox. Ha blanqueado a la extrema derecha y parece que no tiene ningún reparo en gobernar con ella. Ya lo está haciendo en Castilla y León y otros territorios españoles, a diferencia de la derecha europea. Los ciudadanos tienen que saber que el PP está dispuesto a meter a esta gente en el Govern y a aplicar la política de la extrema derecha en Balears. Pero eso no sucederá.

¿Por qué cree que el PSIB será el partido más votado en 2023?

—Acabamos de hacer un balance de estos tres años y de los siete desde que llegamos al Govern después de años de gobiernos de derecha con crispación, falta de diálogo y políticas muy duras en relación a lo público. Los ciudadanos han confiado dos veces en nosotros y hemos devuelto derechos, hemos trabajado de manera rigurosa y vuelto al crecimiento, hemos aprobado leyes innovadoras... ¿Cómo habríamos afrontado aquí si no la situación creada por la pandemia? Toda la sociedad, y no sólo el Govern, y de eso me siento orgullosa, ha gestionado muy bien y a la altura durante la pandemia.

El PSIB siempre ha gobernado en coalición. ¿Funciona?

—Soy defensora de los pactos políticos porque enriquecen las posiciones de cada partido. Hay discrepancias, evidentemente; no suscribo todas las posiciones planteadas por los demás socios de Govern, pero dialogamos y llegamos a acuerdos. Y el diálogo no es sólo con los partidos, también hemos dialogado hacia fuera: con empresarios, con asociaciones y con instituciones públicas gobierne quien gobierne. Somos capaces de gobernar juntos y gobernamos bien y con eficiencia, también en la gestión económica. Los gobiernos de pacto de derechas son los que han demostrado que no funcionan.

¿No hace falta una reunión de todos los partidos del pacto más allá de la que ha tenido el Govern?

—Tenemos reuniones; cada semana lo hacen los grupos parlamentarios y yo me reúno frecuentemente con la secretaria general de Podemos y el coordinador general de Més. No hay ningún problema en reunirse más si hace falta.

¿Ha previsto remodelar el Govern para afrontar las elecciones, como ha hecho Ximo Puig?

—No tengo prevista ninguna remodelación. Nosotros ya la hicimos hace un año y poquito. Además de para facilitar las salidas voluntarias, tenía como objetivo la creación de una conselleria específica para gestionar los fondos europeos y la puesta en marcha de una oficina específica para su gestión.

¿Se ha planteado en estos tres años anticipar las elecciones?

—No, no ha habido motivos. Me lo hubiera planteado si el Govern no funcionara o si hubiera entrado en crisis. Pero este Govern funciona, es sólido y coherente y ha estado al pie del cañón cuando más falta ha hecho para afrontar la crisis de la pandemia. No iba yo a meter unas elecciones por intereses partidistas y destrozar las perspectivas de la sociedad de las Islas, que es lo que ha sucedido en otros territorios. Habría sido un error.

Si de usted dependiera, ¿separaría las generales de las autonómicas? ¿Es el clima político estatal y la gestión del Gobierno un lastre?

—Los ciudadanos tienen muy claro lo que votan aunque haya varias elecciones el mismo día. El plan es que primero sean las autonómicas y luego las generales. Estoy convencida de que el presidente Pedro Sánchez acabará la legislatura. El Gobierno estatal lo está haciendo muy bien y sin sus políticas Balears no estaría en la situación que tiene ahora. ¿Qué habría sido de nosotros durante la pandemia sin los ERTE, sin los 850 millones de ayudas a las empresas, sin los fondos europeos aprobados por el Gobierno y la UE después de escuchar las peticiones de las comunidades autónomas? Y también hay que tener en cuenta la reforma laboral. Hemos dada una respuesta totalmente distinta a la de la crisis que gestionó el PP.

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La presidenta de Baleares, en su despacho del Consolat, donde se conserva un cuadro de Joan Miró. Foto: T. Ayuga

Ante la mayor crisis de la historia, han tenido más dinero que nunca.

—Así es, eso es cierto. La pandemia sanitaria ha hecho que todas las administraciones públicas, a diferencia de lo que ocurrió en otras épocas, hayan elegido endeudarse para garantizar los servicios públicos y construir un escudo social. Y los fondos europeos nos permiten diseñar un plan de inversiones estratégicas pactadas con empresas y agentes sociales con una hoja de ruta para 20 años.

El PP argumenta que con tanto dinero e ingresos es hora de bajar impuestos. Calcula que eso supondría 200 millones.

—Nosotros hemos optado por incrementar en siete años un 52 % el gasto social. El PP propone bajar impuestos cuando hay superávit, propone bajar impuestos cuando hay déficit, cuando hay crisis y cuando no la hay. Es su única aportación al debate y su credibilidad es cero. Porque el PP ya ha gobernado esta comunidad autónoma. Apostamos por una distribución justa, quien más tiene que más pague. Hemos aprobado subidas para los grandes patrimonios. En Balears hay gente que viene a comprar viviendas de lujo, ¿qué pasa, que no tiene que pagar impuestos? Si rebajas impuestos, rebajas gasto. Y sabemos por donde lo reduce el PP.

¿Han querido aislar al PP y dejarlo fuera de los pactos para le ley turística que se aprueba el martes?

—En absoluto. Es el PP quien ha decidido aislarse y quedarse con Vox en un modelo turístico de excesos que no comparte nadie, ni los hoteleros. Estoy muy sorprendida con de la actitud del Partido Popular, mayoritario en la oposición y que aspira ha gobernar esta tierra, y que ha sido desleal con la ciudadanía, también en la pandemia. Lo ha jugado todo a la carta del no y del cuanto peor mejor para ganar las elecciones. Y se ha equivocado. Ha traicionado a los ciudadanos y se han equivocado en el planteamiento de futuro. En su planteamiento por la ley de turismo se quedan en el modelo de balearización. Ciudadanos y el PI, que mantienen discrepancias, han actuado de una manera totalmente diferente. Si el PP ha querido quedarse solo en una ley económica como esta, es que se aleja del presente y del futuro de la ciudadanía de estas Islas.

¿No es esta ley la de los hoteleros?

—No, no, esta no es la ley de los hoteleros. Esta es la ley de Balears y la ley de la circularidad. Es una propuesta ambiciosa que nos posiciona para que Balears pueda ser primer destino circular del mundo en materia turística y palanca del resto de la economía. Por ejemplo, cuando obligamos a los hoteles a cambiar su caldera de gasoil por una eléctrica, también hacemos una apuesta por el medio ambiente , las energías limpias y la diversificación.

¿Balears va hacia el colapso por el turismo y la masificación?

—Balears no va hacia ningún colapso y tiene un planteamiento de equilibrio y por eso aprobamos una ley y una moratoria y decimos que hay que repensar el modelo, que tenemos muchas plazas y que no se puede crecer indefinidamente, que es lo que defienden el PP y Vox. Si queremos seguir viviendo del turismo, y yo quiero que sigamos viviendo del turismo, lo que tenemos que hacer es equilibrar esta oferta de plazas y tomar decisiones valientes, además se seguir invirtiendo en turismo y en los sectores de la economía verde y azul, en la industria del conocimiento y, como hace la ley, también en el sector primario.

El GOB pide una ley que garantice el bienestar de futuras generaciones. ¿Qué le parece?

—Hay que agradecer el trabajo de los ecologistas. Hay una campaña de firmas y cuando se consigan la iniciativa se tramitará y tendrá el apoyo de los grupos que apoyan al Govern. ¿Qué pretende? Definir el futuro de forma más participada.

¿Se mantendrá tal como está?

—Es la toma en consideración. Luego se tramitará como ley y se mejorará. Como en todas las leyes.

Sigamos con los viajes en el tiempo. ¿Volvería a entrar al Hat bar?

—A ver, y lo he dicho muchas veces; en política y en la vida es importante explicar todo lo que haces y pretendes. Y creo que en la época de la pandemia hemos trabajado para resolver los problemas de la ciudadanía. Soy consciente de lo mal que lo ha pasado. Y si alguna actuación mía o de cualquier otro miembro del Govern ha podido ser malinterpretada, pido disculpas y siempre lo he hecho. Hay cuestiones que volverías a hacer igual y otras que no. Y no entro más en detalles porque me parece que ya es... en fin.

Pero es que este tema saldrá en campaña. Y el que llaman de ‘las niñas prostituidas'.

—Cómo decirlo..., la derecha ha tenido un comportamiento nefasto ante la crisis sanitaria y ante la crisis económica. Se ha comportado de manera muy poco seria. Se ha puesto no de perfil sino lo siguiente y todo lo ha criticado. De todo ha hecho política, y en política no vale todo. Me parece bochornoso utilizar la violencia que existe contra las menores para desgastar a un partido y al Govern. Y si quieren seguir por esa línea de desprestigio que no cuenten conmigo, que yo estaré siempre en el otro lado.