¿Por qué se daña tanto?
—Estos tendones trabajan tanto, y en condiciones tan malas, que se van desgastando mucho a lo largo de la vida. A partir de los 50 años es algo muy común que todos tengamos alguna rotura y fisuras. Se ubican en una parte del cuerpo muy expuesta, lo que es una combinación letal que obliga a operar.
¿Cómo ha evolucionado la investigación del hombro?
—Es una de las articulaciones que más hemos tardado en comprender. El desarrollo tecnológico llegó a finales del siglo XX y, sobre todo, a partir de estos últimos 20 años se ha entendido mejor su fisiología y se han desarrollado cirugías. Hay modelos de prótesis que permiten devolver el movimiento al hombro afectado usando los músculos exteriores, como el deltoides. Antes era imposible. Ya podías ser muy musculoso, pero sin fuerza en los músculos internos el brazo quedaba casi paralítico. Ha sido una revolución. También usamos la estimulación de los tendones y se investigan factores para favorecer su reparación.
¿Cuáles son las causas más comunes por las cuales sufre?
—Se suman la pobreza reparativa de los propios tendones y que vivamos más, que hay gente más propensa a sufrir desgaste y que en el trabajo el brazo esté en una posición que dañe el manguito rotador. Es típico que un pintor tenga esta patología, que se conoce como hombro doloroso. La suelen padecer trabajadores manuales y se equipara a las bajas laborales por lumbalgia. Ambas están en el pódium.
El tratamiento es largo y caro.
—Exige un tiempo prolongado porque se necesita reposo y luego volver a entrenar el hombre. Si se hace con prisa, potencias los músculos exteriores, pero no los interiores y el dolor regresa. Son necesarias hasta doce semanas de recuperación.
¿Cómo prevenir el desgaste?
—Cuidando la postura corporal, ya sea delante del ordenador o haciendo deporte. El hombro doloroso afecta a la gente que hace musculación o halterofilia. El boxeo también es muy perjudicial. Es un segmento de la población que hay que tratar. El ser humano está condenado a tener dolor de hombro, sobre todo los que hacemos actividades manuales que no tienen por qué ser de potencia. Es un dolor democrático que no hace distinciones: afecta desde a un oficinista, a un cirujano o una kelly.
3 comentarios
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De los hombros es de lo que aún no me quejo y este señor me acaba de fastidiar el día... :(
El ser humano está condenado a aguantar que los enfermen, que nos mientan los médicos y las farmacéuticas nos rematen. Eso sí, todo por el negocio. Es verdad que hay profesionales correctos pero los demás .....
Imagino que según la profesión no? No creo que un político tenga muy desgastados los rotadores...