El conseller insular de Hisenda i Funció Pública, Josep Lluís Colom, destacó algunas de estas acciones, como la gestión eficiente de los parques de bomberos, la rehabilitación energética de la Llar de la Joventut y la creación de una comunidad energética piloto en el barrio palmesano del Camp Redó. Un primer escenario de acción supone actuar sobre los aparatos de climatización y alumbrado de los diez edificios que más consumen e incorporar hasta un megavatio de energía solar fotovoltaica, aprovechando las cubiertas de los edificios, y electrificar el 30% del parque móvil. Este primer escenario supone una inversión de 12 millones de euros.
El segundo escenario aspira a un estatus de neutralidad climática con cero emisiones en 2030. Para alcanzar este segundo escenario, sería imprescindible contratar energía limpia con garantías de origen y electrificar el 100 % del parque móvil y la totalidad de las calderas de gas natural y propano de los edificios. Con la incorporación de más energía solar fotovoltaica, el segundo escenario supone una inversión de 17 millones de euros. El conseller explicó que, «en definitiva, se trata de un plan director muy ambicioso y en línea con el compromiso alcanzado por el pleno del Consell en 2019, con la declaración de emergencia climática en Mallorca». Colom destacó que todas las acciones y estrategias del plan se podrán compartir con todas aquellas administraciones o empresas interesadas para que puedan adaptarlas y utilizarlas. Actualmente, siguiendo reglamentación estatal, ningún edificio del Consell puede estar por debajo de 26 grados en verano ni por encima de 21 grados en el invierno. La institución insular gestiona un total de 35 edificios sin contar los del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), que quedan excluidos de los objetivos del plan.
El apunte
Una institución que emite 3.215 toneladas anuales de CO2
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