La sala principal de la Autoritat Portuària de Balears fue este jueves un lugar de reencuentro para homenajear la figura de Gabriel Roca (1896-1986), artífice de la Avinguda Gabriel Roca, o popularmente conocida como el Passeig Marítim. La familia del insigne ingeniero donó un busto y un cuadro del autor al Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (CICCP), que repasó con orgullo todo su legado.
La decana de la Demarcación del Colegio, Sara Lobato, fue la encargada de recibir estas donaciones que, previsiblemente, serán custodiadas por la Autoritat Portuària «para que pueda mostrarlas a la ciudadanía» y así «conocer su figura y cómo transformó nuestra sociedad», expresó Lobato, más hoy cuando, 70 años después, el Passeig Marítim volverá a remodelarse. Durante el homenaje, algunos familiares intervinieron en el acto para recordar su faceta más humana y apreciada por la sociedad balear. También compartió unas palabras el antiguo director de la Autoritat Portuària, Rafael Soler, un gran conocedor de sus trabajos. El director general de Transport Marítim i Aeri, Xavier Ramis, cerró el acto.
Si bien hay muchas curiosidades en torno a Gabriel Roca, nacido y fallecido en Palma, como su historia de amor con la que fue su mujer toda la vida, Ana Rosado, lo más destacado se halla en su trayectoria profesional. Se licenció en la Escuela deIngenieros de Caminos, Canales y puertos en Madrid en 1920. Una de sus primeras obras en Mallorca fue el proyecto de tranvía que conectaba el Coll d'en Rabassa con el Arenal de Llucmajor, inaugurado en 1921. Fue destinado a Tetuán (Marruecos), y más tarde a Ceuta y Melilla antes de regresar a Balears. Desde 1940 y hasta 1962 fue director de la Junta de Obras del Puerto de Palma, época en la que proyectó e inició también las obras del Dique del Oeste, el muelle de la Riba de Sant Carles y el Club Náutico de Palma.
«El Passeig Marítim nació como una vía de comunicación entre el Dique del Oeste –que se inauguró mucho después que el paseo– los muelles y la zona industrial del puerto. Fue una obra muy rápida (un año) y se construyó en seis tramos», recordó el vicedecano Toni Ginard. Gabriel Roca fue el primer ingeniero que consiguió que el proyecto del Passeig se materializara, a pesar de que otros, como Eusebi Estada o Pedro Garau, también lo intentaron.
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Se estará removiendo en la tumba, viendo el desastre que van a hacer ahora, colapso total de Palma por los cuatro costados!