Imagen de archivo de personas ante el centro de salud de s’Escorxador.

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El personal médico de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) denuncia que, tras la puesta en marcha del plan de choque del Govern que incentiva la contratación de módulos para actividad extraordinaria (MAE)    en los centros de salud (lo que se conoce por peonadas) para reducir las listas de espera, se ha producido una fuga de compañeros en su servicio, buscando una mejora laboral y salarial, que los ha dejado en cuadro este verano.

«Hemos estado todos los meses con un montón de guardias al descubierto», explica la doctora Arantxa Ripoll, una de las afectadas, que trabaja en el SUAP de s’Escorxador. «Una vez me quedé sola y tuve que poner un cartel en la consulta advirtiendo de que habría retrasos (imagen inclinada). A las 5 de la mañana acudía a una urgencia domiciliaria y estaba exhausta», relata.

El colectivo critica que el hecho de mejorar la retribución para hacer estas su stituciones ha dejado sin cobertura al colectivo de las guardias en un contexto en que, además, ha crecido notablemente la demanda. Menos plantilla, más trabajo y peor incentivado es el motivo por el que «a nadie le apetece venir», lamenta la doctora. Y es que, «si tú a alguien le pagas 300 euros por trabajar 7 horas y 300 por trabajar 24 horas en una guardia, la gente no irá a esta última», añade el doctor Fernando Grau, médico del SUAP Escola Graduada. «Los que antes venían a nuestro servicio ahora esperan a que haya un plaza MAE libre», explica.   

Los afectados en todas las Islas (no sólo en los tres SUAP de Mallorca) ya han solicitado a sus respectivas gerencias sanitarias la equiparación económica para dar cobertura a los turnos de guardias urgentes descubiertos pero a día de hoy, explican, no han obtenido respuesta. En un escrito de protesta lamentan que se hayan ido cubriendo las guardias a expensas del tiempo libre del personal, lo que ha provocado agotamiento físico y mental «y la sensación de que así se contribuye a que el problema no se resuelva». En estos momentos, cuenta la doctora Ripoll, «estamos tan quemados que ya no se cubren ni por compañerismo».

El motivo por el que no se atienden sus reclamaciones, cree, es porque el trabajo, al final, sale igual. Sin embargo advierten de que repercute sobre la atención al ciudadano. Ripoll recuerda que las Urgencias de Atención Primaria permanecieron abiertas con el confinamiento, luego la sobrecarga viene de lejos. A la precariedad de sus contratos, la mayoría de ellos eventuales, se añade el hecho de que se cobre menos que el resto de compañeros cuando se realizan guardias nocturnas. Y al éxodo de sustitutos, le añaden la próxima jubilación de compañeros del servicio. «Creemos que el problema asistencial va a empeorar y el desborde de los pacientes se derivará a las Urgencias Hospitalarias», denuncian. Este servicio de los centros de salud también es el encargado de realizar asistencia domiciliaria urgente que, aseguran, sufre de problemas equivalentes. «Hay dificultades en la gestión de las llamadas al 061 y se sufren retrasos en la asistencia domiciliaria por la ausencia habitual de personal médico para la cobertura de esta actividad».

El apunte

La mayoría del personal de este servicio trabaja con contratos eventuales

Los contratos de los médicos de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) son tan precarios que muchos no quieren dar su nombre o facilitar su imagen por miedo a represalias. Se definen como el «el último mono» y afirman que es algo histórico. Denuncian que los últimos cinco años, la mayoría de los contratos han sido eventuales y de hecho, explican que es el caso del 90 % de la plantilla de este servicio en s’Escorxador. Pese a las reclamaciones de apertura de la bolsa de empleo y adjudicación de puestos de contrato por interinidad o por oposición, la situación no mejora y supone «una merma de sus ingresos con respecto al personal fijo».

Punto de vista
Germà Ventayol

Descoordinados

Germà Ventayol

Da la impresión de que se trata de una broma, pero es cierto. Trasladen la situación en la que se encuentra inmersa la sanidad pública balear al sector privado. Es imposible, ninguna empresa consentiría que sus propios departamentos incentiven los salarios de sus trabajadores a costa de hundir su imagen; pues eso es lo que sucede en el IB-Salut. El mal a curar es ya endémico si no se incrementar los recursos financieros para sostener el sistema. Así de claro.

Las claves
  1. La demanda de Urgencias se dispara

    Todos los servicios de Urgencias de Balears han notado un incremento de la demanda. Tanto los centros de salud, como los hospitales o el 061. Por comparar, el pasdo abril los servicios del IB-Salut atendieron 103.453 urgencias, un 31 % más que el año anterior.

  2. La situación es igual para domicilios

    Los fines de semana habitualmente había tres equipos para hacer domicilios y desde la COVID también se sumaron 3 refuerzos que se mantuvieron. Este verano en numerosas ocasiones apenas ha habido dos médicos de domicilios para cubrir a toda la población.

  3. Plan de choque: daños colaterales

    Tras la fase aguda de la pandemia es el momento de ordenar las listas de espera que siguen creciendo incluso tres meses después de iniciar el plan de choque que fomenta las peonadas y la derivación a la sanidad privada. Desvestir un santo para vestir otro.