La presidenta del Consell, Catalina Cladera, en una imagen de archivo. | M. À. Cañellas

TW
2

El balón que Catalina Cladera chutó desde el Palau Reial a las nubes hace justo hoy un mes ha caído sobre su cabeza. Tras ceder a las presiones de sus socios, Més y Unidas Podemos, y aceptar revocar el patrocinio turístico con el Real Mallorca para salvar el Pacte, la presidenta del Consell de Mallorca ha sufrido el desgaste producido por la imagen que ha dado la división de la izquierda. Sus socios no se libran, pero ella es la cara más visible. En agosto golpeó sin saber dónde iba a caer la pelota, y aunque ha sabido reconducir la trayectoria de la crisis encontrando una alternativa al patrocinio turístico, tiene difícil justificar ante la sociedad que se subvencione a dos empresas privadas sin un motivo de peso.

Con la versión turística del acuerdo había un retorno en forma de visitantes, pero ahora no. Si antes solo tenía en contra a los críticos con la promoción turística, ahora se suman los que no ven el sentido a pagar sin razón.

Asimismo, todas las formaciones, incluidas las de la oposición, coinciden en que la polémica ha durado demasiado. De hecho, cuesta decir en qué momento el ciudadano desconectó del tema, después de tantos tira y afloja entre partidos. Un dato que tampoco beneficia al gobierno insular. Lo que podría haber sido un fugaz contratiempo, ha sido suficientemente largo como para ser recordado entre los votantes.

Es cierto que el PSIB ha encontrado otra alternativa para que el club bermellón cobre los 750.000 euros de la institución insular que los socialistas comprometieron mediante el acuerdo aprobado en el patronato de la Fundació Mallorca Turisme. ¿La nueva fórmula jurídica? Un patrocinio deportivo de 1.070.000 euros para las dos únicas sociedades anónimas de la Isla: el Real Mallorca y el Atlètic Baleares. Queda saber qué cantidad se llevará cada club, pero la entidad mallorquinista no quedará insatisfecha. Además, el Consell movilizará hasta 850.000 euros para equipos como el Palma Futsal y el resto de clubs de deporte base.

Aun así, la falta de un motivo sólido para patrocinar a los dos clubes es el principal argumento de Més y el Partido Popular para no apoyar el martes en el pleno del Consell esta propuesta, puesto que sí que votarán a favor de ayudar al resto de clubes. Vox, por su parte, rechaza ambas. Pese a todo, Cladera puede ir al pleno con tranquilidad porque, además de ganarse a Unidas Podemos, ha conseguido sumar a Ciudadanos y el PI para que validen la iniciativa.

Por otra parte, la estrategia del coordinador de Més, Lluís Apesteguia, que ve el Consell como un termómetro para ver hasta dónde se puede presionar al PSIB, difícilmente les beneficie. Por mucho que hayan acumulado varias victorias contra los socialistas, como que se den ayudas al resto de clubes o que se voten los expedientes por separado, no es sencillo defender los amagos de ruptura del Pacte y luego quedarte en el cargo.

En todo caso, el interés del PSIB por pagar como sea al Real Mallorca sigue siendo la gran incógnita. Queda por ver si Cladera acaba la jugada en el pleno del martes y consigue marcar, aunque el final del partido se hará largo hasta mayo.