Las causas de esta situación apuntadas por Marbà son las aportaciones de materia orgánica –sobre todo en la zona del puerto de Cabrera y a los pies del Castell–, la proliferación de algas –relacionada con la primera causa y algunas de ellas, exóticas– y el calentamiento global. Según la investigadora, hay otro factor a tener en cuenta: la falta de hierro en los sedimentos marinos de Balears: «La combinación entre aportaciones de materia orgánica y sedimentos pobres en hierro hace que las bacterias liberen ácido sulfhídrico, lo que produce la pérdida de oxígeno. Hemos experimentado con fertilizaciones de hierro en determinados sedimentos y hemos comprobado que se registra una importante reducción del ácido sulfhídrico hasta el punto de revertir en dos años la pérdida de posidonia.
La falta de hierro en los sedimentos es común a toda Balears y eso hace que nuestra posidonia sea más vulnerable a la presencia de materia orgánica que la de otros lugares». Cabrera cuenta con unas 300 hectáreas de posidonia en su ámbito, oscilando entre medio metro y 43 metros de profundidad. Éste último nivel es récord en todo el Mediterráneo. Núria Marbà explicó que el Imedea cuenta con nueve estaciones de control de la posidonia en Cabrera: 5 en el Castell, 3 en la Cala de Santa Maria y 1 en el puerto. El crecimiento de la posidonia oscila entre 2 y 5 centímetros anuales. El 50 % tiene una longevidad que oscila entre varios años y una década, pero hay haces que tienen más de 30 años.
Marbà también destacó el papel fundamental de la posidonia como imbornal de CO2. Sin embargo, la investigadora expresó su preocupación por el largo plazo en la supervivencia de la posidonia: «Deberíamos intentar la reversión de estas pérdidas reduciendo la aportación de materia orgánica, evitando la proliferación de algas –sobre todo de las exóticas–y mitigando el calentamiento. Comparadas con otros lugares, las praderas de posidonia de Cabrera están en muy buen estado, pero vale la pena el esfuerzo por conservarlas».
Respecto al calentamiento, Marbà señaló que las pérdidas de densidad son más acentuadas tras las olas de calor, tal como ocurrió en los años 2003 y 2006. En este sentido, subrayó que «a mayor profundidad, menos recuperación. Y si las olas de calor son sucesivas, también se reducen las posibilidades de la posidonia de recuperarse. El problema radica en que, a partir de 2015, las olas de calor han sido prácticamente continuas. A partir de 28 grados de temperatura en el mar, todo se complica para la posidonia Y en este pasado verano se han superado los 29 grados. Materia orgánica y alta temperatura son un cóctel letal».
El apunte
Unas 20 barcas para 86 especies
5 comentarios
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antes el fondeo era libre, cuando estaban los militares, parece que el problema aparece en el momento en que se protege el archipielago, lo convierten en parque natural, restringen los fondeos y las estancias, etc, en cuanto a aguas sucias, antes habia mas personal en cabrera que ahora. ¿SERA LA GESTION DE LOS POLITICOS la responsable?? No se olvide que donde mete la mano un politico lo jode todo
Supongo que el sulfhídrico será mayormente de la posidonia podrida, esa que no se puede retirar de ninguna de las maneras porque coincidirá con algún hito del calendario maya y se acabará el mundo.
Poco a poco el efecto del ser humano en la naturaleza es más catastrófico. Pero bueno, hay quien todavía se creen que esto no va con ellos.
Pues ahí solo se puede fondear en boyas, esta prohibido tirar el ancla: QUE NOS EXPLIQUEN AHORA PORQUE NOS ACUSAN A LOS QUE FONDEAMOS CON ANCHA DE DESTROZAR LOS ALGUEROS.... OTRA CHAPUZA PARA CREAR PUESTOS A DEDO DE LA CONSELLERIA..
Los vertidos fecales y emisarios submarinos aunque estén a kilómetros de distancia de Cabrera tampoco ayuda.