Guillem Garí, en la cocina del restaurante Es Cruce. | Pere Bota
La cortedad de la plantilla del restaurante Es Cruce, ubicado en la carretera de Manacor, ha sido el motivo por el que la dirección de este conocido establecimiento haya decidido cerrar un día a la semana por primera vez. «Hemos tenido que cerrar los martes para poder dar descanso a los trabajadores». Guillem Garí es el propietario del restaurante, uno de los más populares de Mallorca y el cual atiende a la friolera de unos 1.500 clientes a diario. La falta de personal suficiente para completar su plantilla -que en la actualidad cuenta con 60 trabajadores entre camareros, cocineros y otros perfiles- ha sido una constante durante todo el año y ahora le obliga a cerrar sus puertas un día a la semana para poder cumplir con el obligatorio descanso de sus empleados.