El doctor Guillermo Caldentey lleva 20 años realizando intervenciones menores en los centros de salud. | CAIB

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En un nuevo intento de aliviar las cargas asistenciales y de fomentar el papel de la Atención Primaria dentro del sistema sanitario público, IB-Salut apuesta por equipar a todos los centros de salud de quirófanos para así poder realizar operaciones menores y aliviar las cargas de los hospitales.

La práctica no es nueva pero apenas es conocida. En las últimas décadas se han desarrollado en todo el Estado diferentes experiencias encaminadas a implantar la cirugía menor en Atención Primaria.
En Mallorca, 32 de los 46 centros de salud las realizan, sin embargo se trata de una actividad con un grado irregular de implantación que además necesita de formación de profesionales y residentes, y en ésas están.

Salut prepara su impulso, incluido en el Plan Estratégico de Atención Primaria, para su fomento pues si en un año de prepandemia, como fue 2019, se realizaron 2.394 cirugías menores, en 2022 se han recuperado 1.290, poco más de la mitad.

La puesta en marcha de esta actividad requiere cumplir con unos criterios mínimos como es disponer de un lugar adecuado y dotado de las condiciones y de los materiales necesarios. Es aconsejable que la cirugía menor se implante de forma progresiva, debiéndose fijar los horarios de las intervenciones en función de la carga laboral del equipo de Atención Primaria dedicado.

Guillermo Caldentey, médico de la Unidad Básica de Salud de Pla de na Tesa (Marratxí), lleva 20 años haciendo cirugía menor y conoce bien las dificultades de implantarla. «Se requieren materiales, recursos y una sala exclusiva para eso, que sea semiestéril, además de muchas horas de rodaje», explica. La formación pasa por un curso de 12 horas de teoría y cuatro de práctica con piel de cerdo para las suturas, luego entran conmigo tres horas en el quirófano», prosigue.

Sin embargo para el doctor Caldentey, que lo compara con los empleos artesanos, es insuficiente. «Viene a ser como el que trabaja en una ebanistería y aprende el oficio viendo a su padre, toda la vida. La filosofía es ésa por lo que el curso no te da tablas», añade.

El especialista calcula que entre 60 y 70 médicos están ofreciendo esta prestación en los centros de salud. «La idea que planteamos es hacer un paralelismo con la implantación de ecografía aunque en ese caso es más fácil, porque te dan un curso te ponen la máquina y ya está listo. En cirugía menor necesitamos una infraestructura más grande, más personas y otro tipo de material como un carro, un desfibrilador… Al ser artesanal, también necesitamos más tiempo para formarse», explica.

Sobre la reacción de la población a quien ya se le ha ofrecido esta posibilidad, «la verdad es que el índice de satisfacción es brutal», admite el doctor Guillermo Caldentey. «La gente se sorprende muchísimo de que tengamos esta capacidad en un centro de salud y se van encantados».
La idea es expandirse para que todo el mundo pueda beneficiarse de esta práctica aunque sea más difícil. La cirugía menor, explica este experto, es prima hermana de la dermatología, pues la mayoría de sus intervenciones están relacionadas. Se trata de procedimientos quirúrgicos sencillos, generalmente de corta duración, aplicados sobre tejidos superficiales o estructuras fácilmente accesibles. Se utiliza la anestesia local, que suponen un riesgo bajo, y tras la que no son esperables complicaciones posquirúrgicas significativas.