El Hispania, durante una regata en el año 2017 en Palma. | Nico Martinez

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El Hispania, el velero que hizo construir Alfonso XIII y que ganó a los balandros del rey de Inglaterra, el Kaiser y el Zar, está en el dique seco, abandonado en Cádiz. La propietaria de la embarcación, la Real Fundación Hispania de Barcos de Vela, intenta devolverlo a Mallorca y conseguir fondos para su restauración después de un accidentado camino y que quedara abandonado. El Hispania está declarado Bien de Interés Cultural por el Govern.

La historia de la embarcación es accidentada. Construida en 1909 en Pasajes es uno de los cuatro únicos veleros de su clase que se conservan en todo el mundo. De los otros tres, uno pertenece a la familia Botín, otro al Yatch Club de Mónaco y lo patronea el príncipe Alberto y el tercero a un magnate suizo. La fundación lo descubrió en 1999 cuando se había convertido en una barcaza que servía como vivienda en Inglaterra, después de décadas pasando de mano en mano. Fue transportado a Mallorca tras una primera restauración y la puesta a punto final se la dieron en Palma en los astilleros.

El coste de las reparaciones se hizo inasumible para la fundación. Con la crisis de 2008 se cerraron todas las vías de financiación pública y privada. Se alcanzó un acuerdo con la Fundación Isla Ebusitana. A cambio de una cesión de diez años, este segundo organismo asumía la deuda con Astilleros de Mallorca y quedaba encargado del Hispania.

De inicio todo funcionó bien, el balandro volvió al mar y a competir en varias regatas, sobre todo en el Mediterráneo. Entre 2012 y 2017 compite contra sus tres hermanos de clase en Puerto Sherry, Mónaco, Portofino, Palma y Saint-Tropez. Sin embargo, poco después, Ebusitana se desentiende del balandro que queda abandonado en Cádiz.

Desde entonces, la Fundación Hipania intenta recuperarlo y volverlo a restaurar. Primero ha sido necesario culminar un largo proceso judicial para denunciar el incumplimiento de la cesión por parte de Eubistana y asumir de nuevo la propiedad de la embarcación.

El empresario afincado en Mallorca, Jonathan Syrett, patrono fundador, explica la nueva campaña puesta en marcha para recuperar el Hispana. Cuscan empresas interesadas en esponsorizar la embarcación a corto y medio plazo. «Necesitas gente que quiera involucrarse y entienda que los valores de su empresa coincidan con eso. Ponemos en valor navegar como se hacía hace cien años, a mano».

Deterioro

El abandono que ha sufrido en los últimos años ha provocado que sea necesario abordar una importante restauración del Hispania. Tiene síntomas de podredumbre en la madera de la parte inferior del mastelero y en el parte superior del palo macho. La cubierta tiene que volver a ser calafateada en algunas zonas, hay que sustituir la jarcia firme y de labor. También hay que revisar a fondo el acastillaje, pintar el casco y barnizarlo. El coste total de toda la actuación supera los 400.000 euros. Syrett pone en valor el hecho de que el Hispania se reconstruyera en Palma y que tuviera apoyo institucional en su momento. «Todo ese proceso se vio interrumpido y queremos arrancarlo de nuevo. Algo que haga ilusión a todos los amantes de preservar lo antiguo». Recuerda que, además de restaurarlo son necesarias veinte personas para hacer navegar un barco así: «Necesitas gente que se quiera involucrar». La misión: devolver el Hispania a la competición y, a poder ser, a Mallorca.

Punto de vista

Una regata anual en el Mediterráneo organizada por Rolex

Los cuatro barcos que aún sobreviven del tipo del Hispania están federados en la 15 Meter Class Association y participan en un circuito común para obtener el ‘15 Meter Class’ Annual Trophy’ organizado por ROLEX. El Hispania, de 23,22 metros de eslora, 4,12 de manga y 2,87 de calado fue diseñado por el legendario arquitecto naval escocés William Fife III bajo la regla JI Clase 15m. Alfonso XIII lo encargó tras una visita al Reino Unido como su barco de regatas.