La doctora Aina Mena, en Microbiología del hospital.

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Forma parte del equipo multidisciplinar de Son Espases que realiza desde hace relativamente poco transferencias fecales, una técnica que permite regenerar la flora de los pacientes afectados por una persistente infección bacterial en el intestino grueso. Esta tarde, la doctora Aina Mena del laboratorio de Microbiología de hospital de referencia explicará el pasado, presente y futuro de esta técnica con un 90 % de efectividad, en una nueva sesión científica de la Reial Acadèmia de Medicina.

¿Por qué eligió hablar de este tema en la conferencia de este martes?
—Es una parte de la actividad que realizamos en la sección de infecciones gastrointestinales relacionadas con enteropatógenos, cultivos y parásitos en el laboratorio de Microbiología de Son Espases. Hemos instaurado el protocolo de trasplante de microbiota fetal y me pidieron que hablara de ello.

¿En qué consiste?
—En transferir materia fecal de una persona sana a los pacientes con una infección por una bacteria que se llama Clostridioides difficile, que causa una infección del intestino grueso. Algunos (no todos) desarrollan diarreas más graves, que tienen de forma recurrente. Les limita la vida y puede acabar en situaciones más graves como una colitis pseudomembranosa. Esta bacteria es capaz de descolonizar la microbiota intestinal.

¿Cómo se realiza el trasplante?
—Es una transferencia de microbiota saludable de las heces de un donante sano que se llevan al intestino que tiene infección con la finalidad de regenerar su microbiota. En estos pacientes, el tratamiento tiene una eficacia muy alta, de más del 90 %.

¿Sólo se utiliza para estos casos?
—Hay muchos estudios para implantar esta terapia de microbiota en enfermedades inflamatorias intestinales, en colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn; también en pacientes con alergias o, por ejemplo, con trastornos neuropsiquiátricos porque se ha visto que la flora intestinal está muy relacionada con el sistema nervioso central, además de con algún tipo de cáncer, como el melanoma, con el que también se han hecho ensayos clínicos.

¿Se hace con una operación?
—No es exactamente una operación, se trata de un procedimiento más sencillo. Yo prefiero llamarlo transferencia a trasplante. A los pacientes se les hace una colonoscopia con la infusión en el colon. Pero hay otras maneras, también a través de cápsulas orales con heces liofilizadas. Después hay que hacer un seguimiento durante unas ocho semanas y la verdad es que no da efectos adversos importantes.

Y una vez hecha la transferencia, ¿qué sucede?
—Una vez en el nuevo paciente la microbiota nueva trata de modular y regenerar la otra.

¿Qué importancia tiene la alimentación en el cuidado de la flora intestinal?
—La dieta es el principal factor que la regula, modula o altera. Tiene mucha importancia y está demostrado que determinadas dietas predisponen a una mejor o peor microbiota. Su interacción con la persona puede llevar a alteraciones a muchos niveles. No solo gastrointestinal, también está demostrado que está conectado con el cerebro o el sistema nervioso e incluso puede causar trastornos de conducta de tipo metabólico. Se estudia, por ejemplo, si se puede regular los trastornos de obesidad y diabetes.

¿Hay manera de saber en qué estado se encuentra la propia microbiota?
—No existe un patrón para saberlo y esto es importante porque hoy en día se venden y se pagan estudios de microbiota intestinal sobre algo que es muy difícil de conocer. Hay que comparar a pacientes sanos con los que no lo son. No se conocen las causas de estas patologías mirando la microbiota, tampoco se sabe cómo modularla aunque ya se estudian los procedimientos. De lo único que hay evidencia es de que la transferencia fecal funciona para este tipo de infección. Y se sabe que en el futuro será útil para otras patologías porque ya hacen ensayos en los que funciona.

¿Es algo reciente?
—Hay evidencia de que en la medicina tradicional china ya se hacía un uso de esta transferencia aunque no igual. Curaban a los pacientes con soluciones fecales de personas sanas. Hasta hace más de una década no se ha empezado a usar en la medicina moderna.

¿Y en Baleares?
—En Son Espases empezamos a plantearlo en 2017 y en 2019 se hizo el primer trasplante. Es un procedimiento multidisciplinar que se realiza junto con los servicios de infecciosas con la doctora Luisa Martín y la doctora Garrido de Digestivo.

¿Es frecuente?
—Afecta a bastante gente, sí, pero no siempre requieren llegar a esto. Se infectan de la bacteria que está en el ambiente y se transmite por esporas de unos pacientes a otros.