Los nombres de las dos jóvenes que se utilizan en el reportaje son ficticios, por petición expresa de las entrevistadas. Ligar en internet, pese a extendido, sigue siendo tabú e íntimo. Olga, palmesana de 26 años, considera ese 22 % de usuarias víctimas de presiones y acoso sexual «un porcentaje bastante bajo». No ha sufrido violaciones como tal, pero sí una insistencia desmedida de carácter sexual. Según el estudio publicado esta semana, el 29,5% de las usuarias se ha visto presionada para realizar prácticas que no le apetecían: «Me ha pasado bastante. Muchas veces te presionan y acabas haciendo cosas que no quieres hacer», tras lo que se suceden sentimientos de arrepentimiento y vergüenza. «Cuando me pasaba me sentía mal conmigo misma, porque había hecho algo que no quería y lo ocultaba. Si no hablas de ello parece que no ha pasado», confiesa. Además, apunta, tras acostarse con ciertas personas, las siguientes veces que quedaban se veía presionada para volver a mantener relaciones sexuales: «Una vez que accedes, parece que no puedes decir que no».
También pone el foco en el envío de imágenes de genitales. Es común, dice, estar chateando con un chico y que envíe una fotografía de su pene: «Es una foto que yo no he pedido y te insisten para que envíes también fotos de tus partes íntimas». Con 20 años lo normalizaba, pero ahora lo denuncia como violencia sexual. Conoce y hace respetar sus límites y achaca este tipo de comportamientos a la educación machista que han recibido muchos hombres: «Se creen que por hacerte caso o invitarte a cenar tienes que estar dispuesta a todo». Esperan algo más y «se ofenden», asegura, si la mujer rechaza la oferta.
Jimena, tras cinco años en Tinder: «Es tóxico, pero es como una droga»
La mallorquina Jimena, de 22 años, también se muestra muy crítica con la plataforma de citas. Se la ha desinstalado y mantiene que la app enganchaa la larga, pese a que a la larga hace más mal que bien, tras un seguido de experiencias incómodas. Se percibe afortunada, ya que no se ha visto envuelta en agresiones sexuales, al contrario que alguna de sus amigas, «aunque cuando nos lo cuenta le resta importancia, lo intenta disimular». Sí ha padecido, del mismo modo que Olga, presiones y acoso sexual, situaciones que considera «muy normales en Tinder».
«Nadie se atreve a decir la verdad de lo que es. Muchos hombres se creen con el poder de decir y hacer lo que quieran. Te mienten para que llegues a quedar con ellos y allí te manipulan para que accedas a tener sexo o dejarte besar o tocar. Si no tienes tus límites claros, puede ser muy peligroso», advierte. En los últimos cinco años ha sido usuaria intermitente de la app. La abandonaba tras situaciones incómodas, pero después volvía, en busca de 'match': «Para mí es tóxico, pero es como una droga. Quieras o no, te sube el autoestima el ver que agradas a otros y te autoengañas, porque después vuelves a ser consciente de que es todo muy superficial e irreal». Era un bucle de endorfinas y desengaños, al que decidió hace unos meses firmemente poner fin en beneficio de su tranquilidad mental. A las usuarias de aplicaciones para conocer gente, recomienda tener claro lo que se busca y cribar los perfiles para evitar exponerse a episodios desagradables o incluso peligrosos.
34 comentarios
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“ según un estudio financiado por el Ministerio de Igualdad” O sea, falso.
Si el Coeficiente Intelectual fuera un requisito, muchas y muchos no tendrían acceso a Tinder
Se sienten acosadas pero no pueden ni quieren dejar de usar la aplicación. Las tonterías que hay que leer. La cuestión es siempre quejarse de todo.
La que presionas eres tú, concretamente cuando le das al ♥︎
Sí es verdad, a veces mantienes relaciones sexuales con mujeres que normalmente no las hubieras tenido, pero al final, no siempre, porque también los hombres decimos que no, por el motivo que sea las tienes... y por tanto terminas haciendo cosas que no quieres hacer.
La ministra ya mismo les da ayuda a las que sufran con las redes sociales.
Las entrevistadas no lo han sufrido, peeero amigas que conocen si. Vamos hombre. Se apuntan a una aplicación de citas y el problema es que ligan? Y cuando ligan se extrañan de que se quiera tener sexo? Me pinchas y no sangro.
Tinder es una app, depende cómo la usas... yo estuve y hace tiempo que me quité porque me parecía ser género de estantería de supermercado, pero de aquí a que tenga la culpa, siendo un mero medio de comunicación, hay un trecho.
El acoso no será en la App de Tinder, porque se les puede ignorar y denunciar. Si acaso será luego al quedar, si han elegido el típido perfil maleducado, chulito y/o misterioso que no se sabe de qué va. Vamos, que es lo mismo que si decides ligar en una discoteca o verbena, con desconocidos y te pones a quedar con él (y ya ni digamos sexo) por las buenas sin conocerlo un mínimo. -Y ya os digo yo que JAMÁS se conoce a la pareja al 100%, incluso ya siendo "estables" ; JAMÁS .
A mi me vais a perdonar pero empiezo a estar harto de tanta victimización, en lugar de asumir responsabilidades propias todo se resume a echar la culpa a los demás de lo que pasa. Tinder precisamente para llegar a quedar con alguien ha habido varias etapas, primero una conversación donde ya se puede discernir con que clase de persona estás tratando. Menos tonterías y más apechugar con lo que se hace.