Nadie preparó a Carme Julià, de 45 años, para parir mediante cesárea, ni mucho menos para afrontar que los siguientes dos partos, de su hijo Guiem (2018) y el más pequeño, Martín (2022), también serían mediante esta intervención. Carme y Marco Valero son padres felices que ahora ven la cesárea como un proceso natural más. Rompieron los miedos y el estigma con el nacimiento del último hijo, que recuerdan como uno de los partos más bonitos que han vivido en el Hospital de Inca: pudo entrar su marido y ver todo el proceso, y la hermana de Carme, Maria Magdalena, fue la matrona que les acompañó.
«La experiencia de vivir un parto vale una vida»
Carme Julià tuvo tres por cesárea pero solo en el tercero pudo entrar su marido
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1 comentario
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Pues si yo fuese el médico no querría que el padre estuviera en la mesa de operaciones, una cesárea es una operación muy delicada y se está para lo que se está, no para postureos (algunos hasta hacen vídeos) o para demostrar delante de los amigos lo guay que ha sido estar allí. El reportaje me parece fuera de lugar, hay millones de partos por cesárea y no por haber estado presente en el momento de sacar al niño se es mejor padre que otro que ha dejado al cirujano o cirujana hacer su trabajo sin tener que estar pendiente de si se desmaya o no el señor que tiene al lado.