Esta familia reivindica la importancia del acompañante en los partos. Una experiencia que, como expresa Marco, «vale toda una vida». Solo ha podido vivir el nacimiento de un hijo, pues en los partos programados, como fue el caso para Sofía y Guiem, no le permitieron acceder. «En el hospital recuerdan la cara que ponía mi marido, fue increíble, la mejor experiencia de mi vida», asegura Carme, quien apunta que «la tecnología ha avanzado tanto que en mi tercera cesárea apenas tuve dolor».
Los miedos le llegaron en el mismo momento en que su hija Sofía, de 15 años, no salía de forma natural. «Fueron momentos de muchos nervios, encima estaba sola, mi marido no podía entrar, se quedó en una sala con otros padres».
El segundo
En 2018, Carme dio a luz a su segundo hijo, Guiem. El día que salía de cuentas fue complicado. «Entraron corriendo porque el bebé no tenía suficiente oxígeno. En esos momentos sin nadie, dice, «mi único comodín era el anestesista». Marco recuerda este parto muy malo. A él le dejaron en mitad de un pasillo, solo. «Sufría por todo, estaba muy jodido, llorando. Cuando estás así, se te abren todos los sentidos».
El último de la familia, Martín, llegó de la mejor manera que una madre puede imaginar. También fue por cesárea, aunque eso ya se lo habían advertido. Describe su marido Marcos que cuando vio la cabeza de Martín, empezó a salir solo. Los profesionales tienen enmarcada esa bella imagen. Una vez fuera, el bebé se desplazó en busca de su madre. «Sin el doctor Agustí Hernández no hubiese sido tan bonito», dice Carme sobre el jefe de Ginecología del Hospital de Inca.
Todavía hay parejas que deciden no acompañar a la mujer a un parto por cesárea. «Es cierto que hay gente aprensiva o con miedos, pero es cuestión de implicación. A mí, los médicos me advirtieron que si me mareaba, no me prestarían atención porque lo primero era el bebé y yo lo entendí y acepté», opina Marco.
Estos padres instan a todas las parejas a participar en los partos. Carme confiesa que «la mejor experiencia es haber tenido a mi marido al lado. Igual que en los otros dos partos, por desgracia, quería salir y acabar, aquí me hubiese quedado mucho más tiempo». Y si alguna vez se ha sentido mala madre por no parir de forma natural, ahora ve la cesárea como un proceso igual de natural y extraordinario.
1 comentario
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Pues si yo fuese el médico no querría que el padre estuviera en la mesa de operaciones, una cesárea es una operación muy delicada y se está para lo que se está, no para postureos (algunos hasta hacen vídeos) o para demostrar delante de los amigos lo guay que ha sido estar allí. El reportaje me parece fuera de lugar, hay millones de partos por cesárea y no por haber estado presente en el momento de sacar al niño se es mejor padre que otro que ha dejado al cirujano o cirujana hacer su trabajo sin tener que estar pendiente de si se desmaya o no el señor que tiene al lado.