Lo advirtieron muchas de las participantes del proyecto Mares i Nadons, que la Fundación Naüm puso en marcha en el barrio palmesano de Son Roca, y gracias al que nació la exposición fotográfica Amb tacte. Ayer pudieron verse, durante el fin de fiesta del denominado mayo cultural.
La protagonizan hasta doce mujeres que también se animaron a contar sus historias, «muchas querían ponerle voz», explica Yolanda Mansito, terapeuta psicomotriz y familiar del proyecto socioeducativo Naüm y una de las responsables de la muestra. «Las fotografías querían transmitir la vunerabilidad y dolor que han podido sentir en uno de los momentos vitales más bonitos», añade.
Aunque la mayoría de las mujeres tienen partos respetados, la violencia obstétrica sigue sucediendo en 2023, y de forma más habitual de la que parece. «Hay un caso de una mujer que, estando de espaldas para recibir la epidural, oyó entrar a siete practicantes que le picaron varias veces. Estuvo un mes y medio casi sin poder moverse. No se identificaron, ni nadie le explicó el protocolo», denuncia la especialista.
Pero es que violencia es también insistir en una maniobra Kristeller a una mujer que se queja de que no puede respirar; o no parar un tacto con fuerza para acelerar el parto, cuando la paciente se queja de dolor. «Hay un caso de una mujer musulmana que quería un parto natural, sin epidural», relata Mansito. «Gritaba de dolor y le dijeron que si no paraba le pondrían la epidural aunque no quisiera», añade. «Es un caso de abuso de poder, infantilización, de amenaza… Y hace que el parto se desencadene con miedo y angustia, empapándose de esa vivencia».
La exposición, que posteriormente se hará itinerante y que prevé pasar por Flassaders, IB-Dona e incluso bibliotecas municipales, trata también del parto respetado. «Cuando vives violencia en el parto, muchas veces es un trauma doloroso al que, cuando te vas con el bebé, no puedes dar salida porque el mundo te cambia. Y cuando el tiempo pasa y te encuentras a otra mamá que habla de eso, te sale».
De esta manera nació el proyecto, también para sanar, más allá de visibilizar. «Antes de las fotos hicimos tres sesiones para que se conocieran y compartieran la vivencia, y un poco de terapia para empoderarse», explica Yolanda Mansito.
Ayer fue la presentación del trabajo frente al resto de mujeres del barrio, compañeras de programas de inclusión de la Fundación Naüm, donde se trabaja el acompañamiento, sobre todo en la maternidad, «porque hoy en día, con las redes, ya no hay tribus como antes, se cría a los niños más en soledad, sin resolver , sus inquietudes», finaliza la especialista.
12 comentarios
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Pues vaya con nuestra sanidad, autodenominada excelente y pionera.
Qué cuadrilla de machorros, si parierais vosotros otro gallo cantaría. Qué poco respeto a vuestras madres.
Pero seremos ridículos! La proxima vez que vaya a la peluquería me sentiré maltratado si el peluquer@ no comenta conmigo si lo quiero más corto o más largo, o si la temperatura del agua con la que me está lavando la cabeza no me parece correcta. Esta sociedad está perdiendo la perspectiva.
en mis tiempos no había ginecólogos: los partos los hacían las comadronas: nadie se quejaba: si no quieren pasar este trance que es duro: que no te gan hijos:es igual que el dentista en mis tiempos no había anestesia. en fin rizar el rizo: a ver si se acaba esto ya cansa tanto y tanta friki
Este descomunal problema femenino social tiene una sencilla solución, se llama CESAREA
Vol dir que ès una idiotesa, protestar perque per una mala praxis, el teu fill o filla ha nascut amb una discapacitat, o que la mare no pugui tenir més fills, o que li hagin afectat altres òrgans? És que de cada vegada hi ha més insensats, que se pensen que tot el que afecta a les dones, parir un infant inclòs, son beneitures de la"señorita Pepis"i que no ténen cap importància. A Ucraïna la guerra a carregar bombes, enviaria jo a tots aquests masclistes, que se'n riuen de les dones fins i tot quan estan de part, però que quan ells han d'anar al dentista ploren, o que quan se fan un tall i veuen un poc de sang, s'acuben.
Mi madre sufrió de la violencia obstetricia durante el parto en Son Dureta. Agrediéndola cuando necesitaba mayor profesionalidad y empatía. Es duro escuchar que siguen dándose casos a día de hoy.
Pues, francamente, si después de las horas que meten de preparación al parto no les han explicado de qué va la cosa pues dicen "desconocer lo que vendrá", a quien deberían denunciar es a los que les han tomado el pelo en las clases.
Cuanto dinero público se ha destinado a esta IDIOTEZ SUPINA..???
Si, los médicos no saben nada. Si te tienen q dar un epidural te la dan. Punto.