La 'coach' y autora del libro Gemma Panadés, sosteniendo un ejemplar en Palma. | M. À. Cañellas

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Gemma Panadés (Palma, 1971) es de soñar y de hacer esas ideas realidad. Soñó con ser coach y el coaching llegó a su vida; soñó en 2016 con escribir un libro y lo acaba de publicar: Cuando el dolor y el amor se unen, un testimonio sobre la vida, la familia y la salud mental es un homenaje a su madre –fallecida–, a una de sus dos hermanas y sobre todo a su hija. Mujeres a las que Gemma ha acompañado en su proceso de superación de un problema de salud mental y que sus historias le han servido para hablar, alto y claro, que son personas que sufren el estigma social y que faltan muchas herramientas para los que acompañan, es decir para las familias.

«He callado durante años y ya no podía callar más. Es una manera de honrarlas a ellas», sostiene. El libro lo presenta este jueves, día 8, a las 19.30 horas en la Biblioteca de Cultura Artesana, en la Misericòrdia. A pesar de que la idea le rondaba por la cabeza desde hace años, no se puso a gestar la obra hasta el día 10 de octubre de 2022, precisamente el Día Mundial de la Salud Mental, tras el último ingreso de su hija en la Unidad de Agudos de Son Espases ese mismo mes. Este fue un detonante para que Gemma Panadés se diera cuenta de que era el momento de contar todo: «El libro vino para sanarme, sanar la relación con mi hija y con mi familia», destaca.

Autoestigma y mitos

Una de las cosas que ha querido destacar en esta guía son todos esos mitos y creencia sobre la Salud Mental y el concepto de autoestigma, que es se refiere a los prejuicios interiorizados por las actitudes negativas que se recibe. Gemma Panadés cuenta en varios capítulos que ha utilizado su sonrisa como un mecanismo de protección.

Desde bien pequeña, ella y sus dos hermanas convivieron con el sufrimiento de su madre y el intento de suicidio. «De joven aprendí a comprender a mi madre y a ver su luz. Ella ha estado 54 años sufriendo en silencio. Este es, además, uno de los síntomas que puede provocar un problema de salud mental: el aislamiento y el no ser consciente del trastorno», matiza. Tras su experiencia, sabe que la voluntad por salir no siempre está: «Cuando sufrimos un problema de salud mental, hay momentos en que querer no es poder. El proceso es como un puzzle y en ese puzzle entran el apoyo de profesionales, los medicamentos a veces, la familia y además el trabajo personal».

Con el tiempo, estudió a fondo el concepto de la autoestigma y «puedo decir que fui víctima del propio autoestigma, que es que hice mías las falsas creencias derivadas de la culpa, la vergüenza o la preocupación excesiva». Así las cosas, Gemma Panadés asegura que el libro ha sido «un motivo para abrir el baúl de los recuerdos, del problema de salud mental de mi hermana pequeña, de unirnos más y de hablar de cosas que no habíamos tratado».

En las páginas relata vivencias muy dolorosa, como fue descubrir que en los hospitales se permiten las contenciones mecánicas, una práctica que la propia ONU define como tortura. «A mi hija la ataron con correas. Por motivos así, o como cuando un médico puso en un primer diagnóstico que ella lo que tenía es que era una maleducada, quería escribir el libro», apunta. Su hija, de hecho, ha escrito el prólogo porque su historia es, además, gran parte del relato.

Otro de los mitos que desgrana es que «todos podemos sufrir un problema de salud mental, el hecho de decir que a mí no porque soy fuerte, no es cierto». De hecho, no solo aporta páginas y páginas de información científica, sino que durante la gestación del libro, realizó una encuesta con 806 personas entre noviembre y diciembre de 2022. Los resultados, que están incluidos, demuestran que casi el 70 % de los encuestados reconoció tener un familiar o amigo cercano con problemas de salud mental.

Si Gemma volviera atrás, tiene claro que le hubiese gustado tener más herramienta para haber acompañado con más conciencia. Se ha visto sola y ha tenido que sobrellevar muchos pensamientos, miedos, pero también: «Lo más doloroso y negativo ha sido ver que muchas familias no tenemos el suficiente apoyo y recursos, además de la falta de comprensión por la propia sociedad. Lo más positivo, diría que ha sido el aprendizaje gracias a estas circunstancias dolorosas y que he conseguido huir del dolor».