Varias alumnas del centro educativo posan durante el tiempo de recreo. | M. À. Cañellas -

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«La llegada de alumnos de Primaria ha supuesto que los de Secundaria se hayan vuelto más tiernos. Se abrazan y en el comedor se mezclan y surgen amistades. Los institutos son, por lo general, más ásperos que las escuelas, donde todo se siente más cercano, y eso se contagia». Así valora la directora del Aurora Picornell de La Soledat, Begoña Barahona, la apuesta del centro por convertirse en el primer instituto de Balears que integra la etapa de Primaria. Hasta ahora, este proceso se había dado a la inversa: colegios como el Pintor Joan Miró y Son Quint, y desde este curso también el Gabriel Vallseca, han ampliado su oferta hasta ESO. «Hemos creado una escuela desde cero y los profesores y alumnos de Secundaria se han implicado; la conexión ha sido total. También nos ha enriquecido a nivel pedagógico», asegura Barahona, que lleva 14 años como profesora en el centro y dos al frente.     

«Tenemos muchos problemas de absentismo y de abandono escolar. Este cambio nos está ayudando a crear vínculos y comunidad y las familias se están implicando más», dice la directora. Ahora, los niños del barrio pueden ir a la Escola d’Educació Infantil Paula Torres, ubicada justo delante, para luego pasar a este centro sin tener que cambiar de zona. Esto evitará que muchos alumnos «se pierdan» durante el cambio de etapa. Este curso tienen 187, la mayoría hijos de familias con pocos recursos procedentes de Sudamérica y África.

«El cambio se ha notado muchísimo y está siendo positivo. Nos juntamos con los pequeños en el comedor y en actividades como las de Navidad, donde los mayores se disfrazaron de Reyes Magos para darles ilusión», cuenta sonriente Irene Osawaru, que con 16 años cursa 4º de ESO y ha visto el cambio de este curso. La planta baja la ocupan los mayores y el primer piso, los más pequeños. Sara Ovenseri, que cursa 3º de Primaria, vive en la barriada y dice que está contenta de poder continuar estudiando en esta zona, mientras que Daniel Osawaru, de 1º de ESO, cree que para él hubiera sido más fácil haber hecho 6º    en el mismo centro.

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«Los niños nos han dado una lección y eso nos ha animado a ir más allá», asegura la jefa de estudios de Primaria en el centro, Gabriela Spano. Este curso han tenido clases de 1º, 2º y 3º, pero el próximo completarán la etapa con 4º, 5º y    6º. «Teníamos todas las condiciones favorables para funcionar bien. Ha habido mucho trabajo invisible de la comisión de convivencia porque todo el centro hace dinámica de cohesión. Este curso hemos hecho cuatro días completos en los que movilizamos a todos los docentes y alumnos para hacer actividades en el aula», señala Spano, y considera que esto garantiza un buen clima en el centro que les permite avanzar. «Quien se conoce, se respeta. El conflicto es natural, pero es más fácil de resolver si se trabaja la  convivencia», apunta la maestra tras atender a este diario junto a Barahona sin que haya habido ningún contratiempo durante la visita, que duró más de una hora.