De izquierda a derecha, Llorenç Galmés (PP) y Pedro Bestard (Vox) hace más de una semana. Todavía se tienen que reunir para hablar de la investidura. | Jaume Morey

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El candidato del PP a presidir el Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, que la semana pasada empezó los primeros contactos con el resto de partidos para tantear si conseguirá su apoyo para ser investido, ha pospuesto su cita con Vox hasta el miércoles. La idea inicial era haberse reunido este lunes, pero no lo harán hasta que se zanje la negociación en el Govern.

Galmés tiene asegurada la presidencia porque en caso de no ser investido en la primera votación, el candidato de la lista más votada será proclamado presidente. Sin embargo, necesita llevarse bien con Vox para garantizar un gobierno estable durante la legislatura, especialmente para aprobar cambios normativos y sacar adelante los presupuestos. Las negociaciones en el Consell se iniciaron la semana pasada casi un mes después de las elecciones del 28 de mayo porque dependían de las del Ajuntament de Palma y del Govern.

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Galmés solo contará con los dos escaños del PI si evita pactar con Vox, como le dijo el regionalista Antoni Salas tras un breve café el jueves pasado, donde también hablaron de sacar adelante proyectos como las rondas de Sencelles, Petra y Porreres. El PSIB y Més per Mallorca han dejado claro que votarán en contra de su investidura.

No es ninguna sorpresa que la izquierda rechace apoyar al PP. Galmés no les ha ofrecido nada, simplemente les ha pedido su apoyo por puro formalismo. Además, la opción de abstenerse para evitar que dependa de la extrema derecha queda descartada porque Galmés tiene asegurada la presidencia.