Víctor Robles, presidente de Ben Amics. | Teresa Ayuga

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Víctor Robles (Trebujena, Cádiz, 1988) lleva tres meses al frente de Ben Amics, la asociación LGTBI -lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales- de Balears, que lleva casi 30 años luchando en defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ+ en las Islas. No es nuevo en el cargo, ya lideró la entidad entre 2018 y 2019, y antes de eso fue voluntario. Robles vuelve a tener entre ceja y ceja el mismo objetivo que en su primer mandato: ponerse al frente de un colectivo que, cree, está adormecido por los hitos logrados en los últimos años.

Vuelve a ostentar la presidencia de Ben Amics en una época de cambios e incertidumbre, ¿cómo se lo toma?
—Es un momento complejo, pero también aporta más motivación. He vuelto más por necesidad que porque quisiera. La anterior ejecutiva dimitió a los tes meses y había una falta de liderazgo en la entidad, así que decidí volver a dar un paso al frente y aportar mi granito de arena.

Celebran la manifestación del Día del Orgullo coincidiendo con un cambio de color en las principales instituciones, ¿algún mensaje para los políticos?
—Creo que somos bastante claros. ‘Som la lluita resilient, ni un pas enrere'. Seguimos aquí, después de décadas de lucha por nuestros derechos, no vamos permitir ni un paso atrás. Le pese a quien le pese. Puede sonar muy manido, pero es el mensaje que debemos lanzar en estos momentos.

¿Temen una pérdida de derechos del colectivo LGTBI esta legislatura?
—No me preocupa Vox, solo el partido que tiene que depender de ellos para formar gobierno. El Partido Popular está comprando el discurso de la extrema derecha a pasos agigantados. Y eso que parecía que los ‘populares' estaban dando pasos hacia delante y apuntaban a una visión más progresista. Solo hay que recordar que la ley autonómica de 2016 para garantizar los derechos de lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales y para erradicar la LGTBI fobia fue aprobada unánimemente en el hemiciclo balear, y con el voto a favor del PP. Lástima que les estén adelantando por la derecha y solo vean la forma de recuperarse huyendo de posiciones más moderadas.

La primera decisión del nuevo Parlament: la bandera LGTBI no colgará este año de la fachada, ¿qué le diria a Marga Prohens?
—Le pediría coherencia con lo que votó su partido y ella misma como diputada hace siete años. Le pedimos que mantenga la ley y se comprometa a seguir avanzando en su despliegue. Queda mucho por hacer todavía.

¿Invitaría a políticos como Jorge Campos o Fulgencio Coll a participar en las actividades organizadas para el Orgullo?
—La verdad es que no. Son contrarios a todos los valores de una fecha tan señalada. El Orgullo es un día de visibilización del colectivo, como herramienta para alcanzar los derechos y la igualdad plena. Los políticos de Vox no consideran importante que nos visibilicemos, dicen que ‘cada uno haga lo que quiera en la intimidad de su cama'. Eso solo significa retroceder.

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La extrema derecha habla mucho de ‘chiringuitos'... no sé si considerarán que Ben Amics lo es...
—Bastaría con que cualquiera de los que dice eso pasara un día con nosotros en las oficinas de la entidad, escuchara a la gente que viene solicitando información, ayuda, denunciando una agresión... así entendería la utilidad social que tiene esta entidad.

¿Esperan más participación que otros años en la manifestación de este miércoles?
—Creemos que habrá más movilización, sí. Somos la primera gran manifestación en Mallorca después de los resultados del 28M. Tenemos que salir a defender nuestros derechos; que los que nos los niegan, sepan que no lo vamos a permitir.