Gayà acudió por última vez a trabajar, antes de sus vacaciones. | Teresa Ayuga

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El Banc de Sang i Teixits ve jubilarse a uno de los principales investigadores en el campo de la Medicina que ha dado Baleares, Antoni Gayà (Palma, 1958) cuelga la bata con una sensación agridulce: «feliz» por todo lo conseguido habiendo partido de cero, pero lamentando la de cosas que han dejado de ejecutarse «por falta de apoyo institucional».

Gayà ayudó a crear la Fundació Banc de Sang i Teixits de les Illes Baleares (FBSTIB) en 1998 y fue su primer gerente, encargándose del banco de tejidos. «Antes se utilizaban los de la Península y también había casas comerciales para atender a la demanda», recuerda. «Los inicios fueron más difíciles porque había que darse a conocer y poner en marcha los mecanismos para obtener donantes». Ahora, sin embargo, «hemos sido la comunidad con el porcentaje más alto de trasplantados de tejido osteotendinoso»,. saca pecho.

Durante su trayectoria ha visto cómo aumentaba mucho la donación de tejidos que, a diferencia de los donantes de sangre, proceden de personas fallecidas. Una vez en la Fundación, los tejidos «se procesan, se manipulan y se analizan para ver si son útiles», explica el doctor Gayà. Las principales contraindicaciones vienen de las enfermedades transmisibles «en especial las nuevas como el chagas o el dengue, que nos obliga a contemplarlas en los estudios del donante», añade el experto.

Sin embargo, una de las mayores contribuciones de Antoni Gayà a la medicina fue la creación del primer Banco de Leche Materna en España en 2001 y la constitución de la Asociación Española de Bancos de Leche Materna, que presidió durante 8 años. Su función «sirve fundamentalmente para los niños muy prematuros, de menos de 1,5 kilos, a quienes sus madre no puede alimentar», explica. A estos pacientes les puede aparecer la enterocolitis necrotizante, que es una necrosis del intestino delgado, «el porcentaje es más alto entre los que toman leche fórmula que entre los que toman leche materna, da igual si es donante o no», añade.

Más de 20 años después de su puesta en marcha se ha logrado que la donación cubra la demanda, por otra parte limitada (hay un centenar de prematuros extremos al año). Pero su función no sólo se limita a eso, «la donación de leche materna, al igual que la de órganos, es reparadora para los duelos», asegura el doctor Gayà, que explica que muchas madres que pasan por una muerte perinatal han acudido al centro.

En su vida profesional, Antoni Gayà estuvo además desde 2002, y durante una década, al frente de la Coordinación Autonómica de Trasplantes de Baleares y ya por entonces se habló de implantar el trasplante hepático en las Islas. El inmunólogo recuerda la creación de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en los años 80 y que colaboró «de forma indirecta» en el primer trasplante de hígado o de corazón, de España.

Punto de vista

La Sala Blanca va «al 50 %» por falta de profesionales

Antoni Gayà puso en marcha la primera Sala Blanca de Balears, un espacio para contribuir al avance de la medicina regenerativa y la terapia celular. Sin embargo, tras 13 años, «está funcionando al 50 %», dice, «por la incapacidad de la adminsitración para contratar a profesionales». La crítica es generalizada: «de seguir así el futuro es negro para la institución».