El vicepresident y conseller d’Hisensa, Antoni Costa, en el despacho de la Conselleria.    | Teresa Ayuga

TW
62

Antoni Costa (Eivissa, 1976), vicepresident del Govern, ha estrenado mandato con el cumplimiento de una promesa del PP: la derogación del impuesto de sucesiones.   

¿Qué urgente necesidad había para aprobar la derogación de un impuesto por decreto?
—El PP lleva años defendiendo una rebaja de impuestos porque creemos que es una forma de combatir el aumento de precios debido a la inflación. Qué menos que poder hacerlo en cuanto podamos. Hay que bajar los impuestos ya y esto solo es la primera parte de un plan fiscal.

¿Habrá más?
—Sí. Habrá rebajas en el IRPF, pero no nos pareció adecuado incluirlas en un decreto ley.

Esta medida beneficia más a quien más tiene.
—Los ricos de verdad no pagan ni el impuesto de sucesiones ni el de patrimonio porque utilizan figuras societarias o porque tributan en otras comunidades, como Madrid y Andalucía, para no pagarlo. Son las rentas medias las que pagan el impuesto, aquellos que tienen un pequeño patrimonio que se han trabajado toda su vida y que sus hijos tienen que pagar cuando heredan. En Europa ya hay muchos países que han eliminado un impuesto que afecta al ahorro y a la riqueza. A nosotros nos parece profundamente injusto que se tenga que volver a pagar por algo que ya se ha pagado.

¿No es dumping fiscal con otras comunidades?, ¿vendrá gente a empadronarse a las Islas para no pagar?
—En Baleares ya nadie paga el impuesto de sucesiones, así que sí, cabe la posibilidad de que algún contribuyente de otra comunidad autónoma o incluso del extranjero venga aquí para no pagar este impuesto, y de hecho nos llegan informaciones al respecto. En cualquier caso, no pagará sucesiones, pero sí pagará la renta. Confiamos en que venga gente a las Islas para no pagar este impuesto y la recaudación que se pierda por una vía se ganará en parte por el IRPF.

¿La supresión afecta a todos los residentes, también los extranjeros?
—Sí. Los no residentes pagan al Estado, no a las comunidades autónomas, pero hay una sentencia europea que fija que los no residentes podrán elegir si pagan al Estado o a las comunidades, así que también podrán beneficiarse de la supresión.

¿Qué dejará de hacerse con el dinero que no se ingresa? Ustedes dicen que son 60 millones, pero la oposición lo eleva a 120.
—La supresión no supondrá ningún quebranto en las finanzas públicas y además era un clamor de los ciudadanos que poseen rentas medias. Es una demanda y cumplimos un punto importante de nuestro contrato con el Gobierno.

Dicen que no habrá recortes, pero cuando gobernaron los hicieron y usted era entonces director general de Pressuposts. ¿Qué garantías hay ahora?
—Afortunadamente, la situación económica que hay en estos momentos no tiene nada que ver con la que nos encontramos en el año 2011.

¿Y eso es mérito de Francina Armengol?
—Eso es mérito del aumento    de la actividad económica de estos años, que hace que los ciudadanos tengan más rentas y, en consecuencia, paguen más impuestos. Y además, como consecuencia de la inflación, el Gobierno ha recaudado mucho más y el Govern ha tenido mucho más dinero. Nuestra propuesta es devolver a los ciudadanos parte de este incremento recaudatorio.

¿No habrá que rebajar gastos?
—No. Prevemos que, en 2024, habrá crecimiento económico y aumento de recaudación en IRPF e IVA. Esa subida compensará la bajada de impuestos, que es de 60 millones, según los cálculos de la Agencia Tributaria. Lo quiero dejar muy claro. No se va a hacer ningún recorte sino todo lo contrario: vamos a incrementar el gasto en servicios públicos esenciales, como la sanidad. No se puede defender sin mentir que una bajada de impuestos implica recortar gasto. Eso es mentir a los ciudadanos. Armengol aumentó el gasto en 700 millones y tal vez bastaría con dejar a los ciudadanos más liberados de la deuda.

Hereda más de 8.000 millones de deuda, pero el Govern de Armengol la ha contenido.
—Sí. Es evidente que la deuda es elevada y que tenemos que pagar unos altos intereses todos los ciudadanos de Baleares a escote. Es cierto que la deuda se ha estabilizado, pero esta comunidad ha acabado en superávit los dos últimos años y eso también permite hacer una reforma fiscal sin comprometer para nada los servicios públicos. Aquí no ha aumentado la deuda porque la ha concentrado el Estado, pero tan preocupante es la deuda de la comunidad como la del Estado porque nosotros somos España.

Parte de la deuda de Baleares es con el Gobierno central y el anterior Govern pidió que se perdonara porque era debida a la infrafinanciación. ¿Se mantendrá esta petición?
—Hay una parte de la deuda provocada por el déficit de financiación que se ha producido en el pasado. Eso lo compartimos. Pero también hay que decir que el sistema de financiación de esa deuda de Baleares, que se aprobó con Cristóbal Montoro ,fue una buena idea.    Pero sí, mantendremos esa petición de condonación de la deuda pero, al final, la deuda es del Estado en su conjunto y es muy elevada. Y eso nos preocupa a todos.

¿Habrá problemas para negociar un nuevo sistema de financiación con otras comunidades del PP con intereses diferentes?
—Nosotros jugamos en el equipo de Baleares. Marga Prohens es la presidenta de Baleares y nosotros hemos venido a defender los intereses de los ciudadanos de estas Islas. ¿Esto supone que vamos a una lucha y una pelea con otras comunidades? No; lo que implica es que vamos a defender los intereses de Baleares en el sistema de financiación, en las inversiones del Estado, en el REB y en lo que haga falta.


¿Y qué es lo que defenderán?
—En primer lugar, la España que se llena, porque el incremento de población exige unas inversiones que no se necesitan en otros territorios. También está claro que no es lo mismo estar en cuatro islas rodeadas por mar que estar en el continente, así que la insularidad será, claro, otro factor, pero también queremos que se tenga en cuenta el coste de la vida. Y lo esencial: mantener la autonomía tributaria y las participaciones en impuestos importantes como el IVAo el IRPF.