La ‘Comissió dels Onze’ y otros parlamentarios, con Landelino Lavilla, que presidía el Congreso, cuando le entregaron el proyecto de Estatut.

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Una coma intercalada en un texto puede cambiar por completo su significado según dónde se coloque. Incluso el curso de la historia cuando esa coma se complementa con otra. El artículo 4 del Estatut d’Autonomia de les Illes Balears –de cuya entrada en vigor se cumplieron 40 años el pasado 1 de marzo– señala lo siguiente: «La lengua catalana, propia de las Islas Baleares, tendrá, juntamente con la castellana, el carácter de idioma oficial». Pero, ese artículo, podría haber indicado que «la lengua catalana propia de las Islas Baleares tendrá, juntamente con la castellana, el carácter de lengua oficial».

Y no es un ejemplo teórico. Es que ese debate, si debían incorporarse comas entre las palabras catalana y propia, se suscitó en las reuniones de la llamada ‘Comissió dels Onze’, formada por once parlamentarios (ninguna mujer) que en 1980 empezaron a elaborar el articulado de un proyecto que se aprobó por las Cortes en febrero de 1983 y que el BOE publicó el 1 de marzo. Quien propuso la redacción del texto, y de otros relacionados con la lengua, fue Damià Ferrà Pons, uno de los representantes del PSM en esa comisión. «Esa coma blindó el nombre del idioma», dice Pons 40 años después. Pons, militante ahora del PSIB y ya retirado de la vida política, afirma que el nombre de la lengua fue un asunto peliagudo y que la posición de Alianza Popular (como se llamaba el PP) era contraria al catalán aunque esa no fue su principal batalla.

PALMA. POLITICA AUTONOMICA. El primero de marzo se cumplen cuarenta años de la entrada en vigor del Estatut d’Autonomia. Desd
Portada de este periódico el día que se votó el Estatut en 1983.

Curiosamente, indica, en UCD (el partido del Gobierno estatal cuando empezó el debate sobre el Estatut) había dos posiciones. Al señalar que el catalán era la lengua propia se zanjó un debate. El PP, que estrenó el Govern en 1983, nunca cuestionó el nombre de la lengua y la primera ley de normalización fue un calco de la catalana cuando Gabriel Cañellas era presidente. Esas comas cerraron la puerta al debate sobre cómo llamar a esa «lengua catalana propia de las Islas». El Estatut, desde su primera redacción (se ha reformado tres veces en 40 años) alude a la protección y defensa de las «modalidades insulares», aunque no fue hasta la última (con mayoría del PP) cuando en un artículo sobre la enseñanza se añadió el siguiente texto: «Las modalidades insulares del catalán, de Mallorca, de Menorca, de Eivissa y Formentera, serán objeto de especial protección sin perjuicio de la unidad de la lengua». El Estatut señala en su artículo 35 que «la institución oficial consultiva para todo lo que se refiere a la lengua catalana será la Universitat de les Illes».