José Miguel Catalán, al frente de Regynere, es uno de los fundadores de AMYS, la asociación Metaverso y Salud. | Jaume Morey

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Médicos nómadas digitales que pasan consulta a un paciente a miles de kilómetros, la realidad aumentada aplicada a la medicina para mejorar la calidad de vida del enfermo en los hospitales, softwares informáticos compartidos entre especialistas de todo el mundo para comparar datos de pacientes y mejorar diagnósticos y tratamientos, reuniones virtuales inmersivas con tecnologías de realidad virtual basado en la web 3.0. El médico mallorquín José Miguel Catalán es uno de los cuatro especialistas del país que se han unido para crear AMYS, la primera asociación española de Metaverso y Salud: «Puede sonar a ciencia ficción, pero lo cierto es que es mucho más real de lo que pensamos y ya se está introduciendo en el entorno de la medicina», enfatiza.

Catalán, un reconocido traumatólogo especializado en medicina deportiva de la Isla, acaba de regresar a Mallorca y ha abierto una nueva consulta tras un impasse que le llevó a mudarse a Sudáfrica junto a toda su familia durante el último año. Su objetivo pasaba por recargar pilas y buscar nuevas formas de relación entre médico y paciente. Durante este periodo ha contactado con diversos compañeros del gremio 'cansados' de los métodos tradicionales. Todos ellos con ideas y proyectos en diferentes campos de la salud. Sus encuentros, charlas e intereses comunes han cristalizado en el nacimiento de AMYS, una asociación que tiene como objetivo ahondar en nuevos desafíos y dar a conocer los cambios que la inteligencia artificial puede tener aplicados al sistema sanitario.

«Llevo cuatro años trabajando con un software informático que me permite introducir el perfil de mis pacientes, el tratamiento que le damos, las mejores diarias o recaídas. Todo esto lo comparto con especialistas de todo el mundo que suman su información.. el resultado es interesantísimo. Puede monitorear al paciente y establecer evidencias. Toda una fuente de sabiduría en el campo en el que trabajo que, por un lado, ayuda a los especialistas a mejorar, customizar y adaptar tratamientos, así como reducir efectos secundarios, pero también permite involucrar al paciente y acelerar la recuperación. Los datos son realmente importantes», recalca el especialista.

Alberto Melón, José Miguel Catalán, Marc Montoliu y Javier Mendoza, fundadores de AMYS.

Por eso, José Miguel Catalán decidió el último año en ahondar en nuevas formas e ideas. «El sistema sanitario está colapsado. Ya no cuenta ni con médicos ni con pacientes. Términos como la realidad virtual o el metaverso aplicados a la atención sanitaria suponen un cambio de paradigma. La pandemia de la COVID-19 ha transformado nuestras vidas, pero también ha acelerado, por ejemplo, la telesalud, la asistencia sanitaria en los nuestros hogares -señala Catalán-. La realidad virtual se encuentra en un punto en el que los entornos virtuales son lo suficientemente inmersivos como para ser utilizados con fines terapéuticos y lograr una terapia en vivo eficaz».

El metaverso, en el que está muy interesado este especialista, es un universo virtual 3D inmersivo, interactivo y sin fisuras, y se plantea como un entorno digital al que las personas pueden acceder como avatares. Los avances en la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial y la hiperconectividad con las redes 5G hacen que ya esté listo para despegar. «Con la asociación pretendemos ser disruptores. La práctica médica clásica ha evolucionado mínimamente. Esto hay que cambiarlo. Lástima que cada vez haya más avances tecnológicos, pero desde el punto de vista jurídico, legislativo y ético, nos estamos quedando atrás».

José Miguel Catalán, con unas gafas de realidad virtual. FOTO: JAUME MOREY

En este sentido, Catalán apunta a que la gran ventaja del metaverso «es que nos permitirá anticiparnos y ser más proactivos de lo que jamás habíamos podido con anterioridad. Podremos estar muy lejos de nuestros pacientes, pero atenderles mejor. Creo que firmemente que el metaverso, aunque cueste creerlo, puede devolver la relación médico paciente que se está perdiendo. Y la parte humana es capital», finaliza Catalán.